martes, 1 de diciembre de 2009

Golpe de Estado

Generalizado rechazo de América Latina a las elecciones hondureñas

Presidentes de la Cumbre Ibero Americana esperan gestos de Lobo para restaurar la democracia en su país.

martes, 01 de diciembre de 2009

Generalizado rechazo de América Latina a las elecciones hondureñas
Porfirio “Pepe” Lobo saluda a sus seguidores luego de que saliera electo presidente de Honduras en cuestionados comicios. Foto: AP.

Gobiernos iberoamericanos que rechazaron como ilegítimas las elecciones hondureñas, como Brasil, España y El Salvador, se declararon dispuestos ayer a evaluar los gestos e iniciativas del ganador, Porfirio Lobo, para restaurar la democracia en su país.

La primera jornada de trabajos de la XIX cumbre en Estoril, balneario a 25 km al oeste de Lisboa, estuvo dominada por los debates, todos a puertas cerradas, en torno a los comicios del domingo en ese país centroamericano.

El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que dio un fuerte apoyo a Zelaya y lo mantiene alojado en su embajada en Tegucigalpa, declaró que su gobierno "no reconoce las elecciones como un intento de blanqueamiento de un golpe de Estado", según su asesor Marco Aurelio García.

Este indicó que va a ser de "gran importancia" la actitud que Lobo adopte en los próximos días, "si va a considerar a la OEA como un interlocutor legítimo, cosa que el presidente de facto Roberto Micheletti nunca hizo".

"Este conjunto de señales y gestos va a permitir evaluar y decidir cuáles serán los próximos pasos", afirmó García, que dijo que Brasil quiere que "este asunto sea tratado por la OEA", de la que Honduras fue suspendida tras el golpe. Lobo tendrá que "hacer gestos muy poderosos para contrarrestar a las elecciones ilegítimas", subrayó.

España declaró a su vez que "no reconoce las elecciones, pero tampoco las ignora". El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, declaró que "es necesario llegar a un gran acuerdo nacional (en Honduras) que debería contar con un gran consenso latinoamericano, centroamericano y europeo".

El presidente izquierdista de El Salvador, Mauricio Funes, hizo votos para que "la nueva situación creada en ese país conduzca a un proceso de diálogo nacional que concluya a la brevedad posible en el restablecimiento de la democracia y del orden constitucional".

"Ese es el desafío que tiene por delante el candidato que resulte electo para que la comunidad internacional y de modo especial los países de Iberoamérica podamos normalizar relaciones con Honduras", dijo Funes.

La Argentina, Chile, Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Nicaragua y Guatemala también rechazan las elecciones hondureñas.

Por el contrario, Costa Rica, Colombia y Panamá reconocieron al nuevo gobierno hondureño, y Perú dijo que lo haría, sintonizados con Washington, que consideró a las elecciones como "un importante paso adelante". (Ver a parte)

Ocho presidentes latinoamericanos -los de Venezuela, Cuba, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, Guatemala y Honduras- no asisten a la cumbre aduciendo diferentes motivos, y algunas de estas ausencias reflejan la polarización de la región.

Portugal, encargado de negociar una declaración de la cumbre sobre Honduras, se mostró escéptico al respecto.

"Si fuese posible que haya una declaración en la cumbre iberoamericana que contribuya a dar un desarrollo a este proceso en el plano político, muy bien. Si no es posible, no vale la pena", dijo el canciller portugués Luis Amado.

García indicó que esa declaración dejará varios aspectos por fuera, pero que hay puntos en que todos están de acuerdo, como el rechazo al golpe de Estado de junio, y muchos países consideran a las elecciones como viciadas. Agencia AFP

Ahora, a ganarse el reconocimiento

El conservador Porfirio Lobo cosechó el domingo una arrolladora victoria en los comicios de Honduras, pero uno de los más inmediatos retos es ganarse el reconocimiento de la comunidad internacional profundamente dividida.

Su abultada victoria -cerca de 300.000 votos más que su rival oficialista Elvin Santos- deja claro que los hondureños están hartos de un conflicto político que ha fracturado al país y a muchas familias, agravando más la situación económica afectada por la crisis internacional.

Pero si en casa le aguardan titánicos desafíos para sacar al 70% de los hondureños de la pobreza, crear empleo y hacer crecer de nuevo la economía que este año terminará con números negativos (-3-4%), su inmediata labor es granjearse el reconocimiento de una comunidad internacional que había exigido la restitución del depuesto Manuel Zelaya para aceptar los comicios.

En su primer discurso como presidente electo en la noche del domingo, Lobo aseguró que las adhesiones estaban empezando a llegar. Estados Unidos, Alemania, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Japón, Italia, Suiza, Indonesia, Emiratos Arabes Unidos y Francia han “expresado que van a aceptar nuestro proceso”, dijo.

El reconocimiento de Estados Unidos es sin duda el más importante para Honduras, cuya economía es altamente dependiente del mercado estadounidense. “Es la relación más importante que tenemos”, admitió Lobo.

Pero Honduras no puede permanecer aislada del resto del continente americano. Con Manuel Zelaya refugiado en la embajada brasileña y derrocado en un golpe de estado cinco meses atrás, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Ecuador y Venezuela han dicho que no reconocen las elecciones y por tanto la victoria de Lobo. Del otro lado, Colombia, Panamá y Costa Rica han dado su apoyo.

Centroamérica, también dividida con el rechazo de Nicaragua y Guatemala, aguarda con impaciencia la solución de la crisis política que ha paralizado la negociación de Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.

El Congreso Nacional hondureño debatirá mañana la eventual restitución de Zelaya en el poder. La solución que adopten los legisladores podría allanar el camino a Lobo.

Lobo, que ha prometido formar un gobierno de unidad nacional, se ha mostrado favorable a hablar con Zelaya, quien ha considerado las elecciones como una “farsa” y ha denunciado que los resultados han sido “inflados”. Por Ana Fernández - Especial para AFP

Perfil de Porfirio Lobo Sosa

Tras flirtear con el comunismo en su juventud, Porfirio Lobo Sosa, más conocido como Pepe Lobo, se declaró ganador de las elecciones presidenciales en Honduras.

Simpático, afable y de sonrisa fácil, de 61 años muy bien llevados, del Partido Nacional (PN, derecha), necesitará mucho más que carisma para conciliar a una sociedad dividida tras el golpe de Estado que depuso a su paisano Manuel Zelaya del poder y azotada cruelmente por la crisis económica.

Hijo de una rica familia de la oligarquía de Olancho -igual que Zelaya-, muy influyente en esa zona, está muy vinculado a la tierra. No en vano es uno de los mayores productores de maíz, soya y sorgo del país.

Pero el gusanillo de la política le entró de muy joven. Su paso por la Universidad Patricio Lumumba de Moscú, en los años 80, le valió la apelación de 'izquierdista' en su juventud, pero de lo que pocos tienen dudas es que ahora milita en el partido más de derecha de Honduras.

Fuente: Los Andes Online

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