miércoles, 5 de enero de 2011

Salyut 1: La primera estación espacial de la historia

En abril de 1971 la URSS sumó un nuevo registro pionero en la carrera espacial a los muchos que ya tenía: el lanzamiento y puesta en órbita de la Estación Salyut 1, (Салют 1, “saludo” en ruso) la primera estación espacial digna de tal nombre, capaz de alcanzar la órbita de forma automática sin necesidad de tripulación y con capacidad para ser habitada en períodos prolongados así como para recibir naves tripuladas Soyuz mediante un sistema de cita espacial eficiente y un puerto de atraque. Hasta ese momento los registros de permanencia en el espacio se habían batido dentro del estrecho entorno de las cápsulas espaciales.


La Estación Salyut 1 significó un gran salto adelante en la conquista del Cosmos allá por 1971. No obstante lo anterior el país y el pueblo soviéticos tuvieron que pagar un precio enorme e inasumible por ese vanguardista avance que supuso disponer por primera vez de un lugar para vivir, investigar y trabajar en espacio… Los primeros tripulantes del Salyut 1 (y los primeros de la historia en habitar una estación espacial), los cosmonautas y héroes de la Unión Soviética Georgi Dobrovolski, Vladislav Vólkov y Viktor Patsayev, tras cumplir su misión permaneciendo en la Estación Salyut 1 durante más de 23 días —batiendo el récord de permanencia en el espacio de la época— aterrizaron suavemente pero sin vida a bordo de su nave Soyuz 11 a causa de un escape en una válvula del Módulo de Descenso, lo que provocó su despresurización y fatales consecuencias en el que fuera el accidente espacial de mayor gravedad que ha sufrido hasta nuestros días el programa espacial soviético-ruso.

A partir de ese trágico evento, que enturbió el éxito pionero de elevar la primera estación espacial de la historia y provocó un aplazamiento momentáneo en los vuelos tripulados de la URSS, el programa Soyuz-Salyut continuó después de ese aciago 1971 hasta 1986, años en los que nuevas estaciones y naves (cinco Salyut más y casi una treintena de naves Soyuz con decenas de cosmonautas soviéticos y de otros países) emprendieron el camino de nuestra órbita batiendo uno tras otro nuevos registros y demostrando que son viables largos períodos de permanencia humana en microgravedad; consolidándose así la base sobre la que se asienta en la actualidad la presencia humana permanente en la ISS.  La última de esta serie de estaciones —el Salyut 7— estuvo habitada hasta 1986, el año en el que algo nuevo tomaría su relevo… 

Legado y actualidad del programa Salyut: la Mir y la ISS

Gracias a la experiencia acumulada en el programa soviético de estaciones unimodulares Salyut o DOS (Dolgovremennaia Orbitalnaia Stantsia / Долговременная Орбитальная Станция —ДОС—, “Estación orbital de larga duración” en ruso) y a la implementación de sucesivas mejoras en éstas (tales como la incorporación de más puertos de atraque para naves tripuladas o cargueros automáticos que incrementaban su capacidad para prolongar la estancia de los cosmonautas así como nuevos equipos) la URSS dio de nuevo un gran salto adelante con el lanzamiento en 1986 de un concepto de estación espacial tan novedoso como ambicioso: la Estación orbital Mir.

La Mir era un complejo multimodular basado en un módulo base de tipo DOS muy similar a los Salyut pero con la diferencia de que a éste se le irían añadiendo nuevos elementos mediante una configuración que posibilitaba el acoplamiento múltiple de módulos y naves mediante un nodo central con puertos de atraque en los tres ejes del Módulo Base. De esta forma la Mir llegó a disponer en su configuración definitiva de un total de siete módulos y la capacidad de recibir en múltiples puertos naves tripuladas Soyuz, cargueros automáticos Progress y hasta transbordadores espaciales; desarrollándose así decenas de nuevos programas de investigación tecno-científica y biomédica antes iniciados en las Salyut , así como misiones de cooperación internacional en el espacio (en las que también fue pionero el programa Salyut con el programa Intercosmos) en las que participaron muchos cosmonautas no soviéticos procedentes en su mayoría del área socialista europea de la época, Europa Occidental y Estados Unidos.

El balance de la Mir en 15 años no pudo ser más fructífero: 39 misiones tripuladas por un total de 104 cosmonautas de 12 naciones, un total de 111 lanzamientos de módulos y naves de servicio, miles de experimentos realizados, más de 11 toneladas de equipos científicos y tecnológicos de investigación y producción en órbita, 27 programas internacionales desarrollados y un largo etcétera… que forjaron a toda una generación de hombres y mujeres viviendo y trabajando en el espacio.

Ya en nuestros tiempos, el Módulo ruso Zvezda, centro neurálgico de la la Estación Espacial Internacional (ISS) —la sucesora de la Mir— también es un módulo DOS (DOS-8) basado en el diseño originario de la oficina OKB-1 (Опытное Конструкторское Бюро; transliterado del ruso: Opitnoye Konstructorskoye Biuro, “Oficina de diseños experimentales”) del ingeniero-jefe y padre del programa cosmonáutico soviético Serguei Koroliov, con una configuración básica muy similar al Salyut. Al igual que la Estación Salyut de la infografía que abre esta entrada el Módulo Zvezda de la ISS dispone de una amplia zona de trabajo y alojamiento para la tripulación donde se ubican los paneles y consolas de control y experimentos e, igualmente, de una esclusa frontal de acoplamiento-transferencia y de unas secciones posteriores de servicio con sistemas de soporte vital, comunicaciones, tanques de combustible y sistemas de propulsión de un módulo que, no lo olvidemos, es también una nave automática capaz de alcanzar su órbita con medios propios. El volumen habitable del Zvezda de la ISS es igualmente similar al del Salyut y su llegada a la órbita terrestre también fue posible (ya en el siglo XXI) gracias a un cohete Proton, un robusto y potente lanzador de diseño soviético de la década de 1960.

El futuro ya no es lo que era

Un par de reflexiones para finalizar: En honor a la verdad —y a la realidad— el trabajo gráfico que da pie a esta entrada no deberíamos considerarlo “histórico”. Mientras realizábamos la infografía de esta Estación orbital Salyut de 1971, a la vista de lo poco que han cambiado muchas cosas en estos extraños tiempos actuales y de que seguimos “viviendo de las rentas” —muy buenas rentas, por cierto— de tecnologías desarrolladas hace casi medio siglo en campos tan punteros como el aeroespacial, nos ha embargado un paradójico sentimiento de nostalgia de un futuro de grandes avances y progresos que no llegó y tampoco sabemos a ciencia cierta, al paso que vamos, si lo veremos llegar algún día.

Cuando el programa de estaciones Salyut estaba en pleno apogeo a finales de la década de 1970 aeronaves supersónicas comerciales como los Tupolev TU-144 soviéticos o los Concorde franco-británicos surcaban los cielos y podían atravesar el Océano Atlántico en algo más de tres horas… ¿cual es el registro ahora?, ¿cómo sería el mundo actual si en los años 60, cuarenta años después del vuelo del pionero estadounidense de la aviación Charles Lindberg sobre ese mismo océano, los registros de la aeronáutica comercial hubieran retrocedido visiblemente respecto a los logros de décadas pasadas?

Tanto el concepto y diseño de Estación orbital Salyut como las naves tripuladas y cargueros automáticos Soyuz y Progress, todos ellos puestos en marcha por la URSS en las décadas de 1960 y 1970, siguen siendo hoy en día —más de cuatro décadas después— la base del acceso y la permanencia humana en el espacio y, en el caso de la ISS, su garantía fiable y eficiente de soporte vital y continuidad.
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Fuente: Paco Arnau / ciudad-futura.net Amazings.es

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