Hace 125 años nacía el primer automóvil
"O lo mejor o nada", fue una de las frases que acuñó uno de los creadores de la marca que incorporó a sus vehículos la tecnología, confort y seguridad y que hoy recorren las rutas de todo el mundo.
domingo, 06 de febrero de 2011
El Benz Patent-Motorwagen. |
Eduardo Luis Ayassa - eayassa@losandes.com.ar
Dos individualidades marcaron la historia de la humanidad, principalmente la del automóvil. Ocurrió cuando Karl Benz, que supo decir "la pasión por inventar no tiene fin", agregó una tercera rueda a la base de una bicicleta y que, sumado a la creación del carruaje motor de Gottlieb Daimler, quien popularizó la frase "lo mejor o nada", se transformó en el primer automóvil del mundo.
Fue el principio de un acontecimiento que, a lo largo de ciento veinticinco calendarios, se multiplicaron en otras innovaciones que identificaron a la marca Mercedes Benz (desde 1926 Daimler AG) como un "pura sangre", y del que otras terminales tomaron algo.
Fueron los creadores del primer ómnibus (conocido como L 5, propulsado por un motor diesel de seis cilindros) y también del primer camión de la historia (el 1114 marcó un éxito en la Argentina) y como empresa empeñada en la seguridad, como un tema prioritario, diseñaron el habitáculo rígido con zonas de deformación controlada, el cinturón de seguridad y también el airbag.
Sumaron más de miles de patentes entre las que también se destacaron los sistemas ABS (antibloqueo de frenos) y ESP (programa electrónico de estabilidad, ambas según su definición en inglés), inventos que hoy son moneda corriente en todo automóvil, pero que para la firma alemana fueron, desde aquel 1886, sinónimo de propulsión, diseño, seguridad y confort.
Con nombre propio
Además de volar, navegar o sumergirse en el agua, el hombre siempre quiso andar más rápido que el caballo, sin levantar tierra ni polvo. Por eso la historia del automóvil (del griego auto: propio, por uno mismo y del latín movilis) se remonta al siglo XVII, aunque el primer vehículo propulsado a vapor fue obra del escritor e inventor francés Nicholas-Joseph Cugnot, en 1769.
La propuesta estaba basada en un triciclo de 4,5 toneladas con ruedas de madera y llantas de acero.
Pero la historia uniría a dos hombres, desconocidos entre sí y que vivían a más de 140 kilómetros de distancia. Karl Benz (1844/1929), que se graduó con sólo 20 años como ingeniero mecánico, y Gottlieb Daimler (1834/1890), también ingeniero, hijo de un hornero, fueron los padres de esa criatura: un motor de un solo cilindro y de 41 kilos, con una potencia de 0,88 Hp, que hoy no sorprendería a nadie, pero en aquellos años asustó tanto a la gente como a los caballos que tiraban de los carruajes de la época, cuando vieron pasar ese vehículo "de ensayo", propulsado por ligroína, nombre que tenía la gasolina, que sólo podía ser comprada en farmacia y que fue la piedra fundacional de la industria automotriz del mundo.
Muchos años más tarde, durante la Semana Automovilística de Niza, Emil Jellinek, cónsul de Austria en esa ciudad, inscribió su coche Daimler de 4 cilindros y 24 cv, modelo Phoenix en el rally Niza-Magagnon-Niza. Sobre el capot había escrito el nombre de Mercedes, en honor a su hija de 10 años. Ese auto cruzó la meta como vencedor, situación que se reiteró en los albores de 1900, cuando los "Mercedes" ganaron casi todas las competencias y determinó durante la década del '20, durante la fusión de las casas Daimler y Benz, la marca que hoy continúa vigente y que todos conocemos como Mercedes-Benz.
Dentro de esta apretada cronología vale rescatar el origen de la estrella que identifica la marca alemana y que tuvo su origen en una postal que Karl Benz había enviado a su esposa en la que dibujó una estrella sobre su casa de Deutz, lo que quedó oficialmente registrado en 1909, año en que todo vehículo de la marca muestra -como la guía de los Reyes Magos- una estrella de tres puntas, a las que tiempo más tarde se le incorporó una corona de laureles, sinónimo de victoria.
En setiembre se cumplirán 60 años de la empresa alemana en Argentina. Aquí, estuvo la primera planta instalada fuera de Alemania. El próximo 24 de junio se cumplirán 100 años del nacimiento, de Juan Manuel Fangio, uno de los más exitosos corredores del mundo avalados por sus 5 coronas en la Fórmula 1. Este hombre, nacido en Balcarce, provincia de Buenos Aires, que supo ganar tanto prestigio como respeto dentro y fuera de los circuitos, fue nombrado presidente honorario y vitalicio de Mercedes Benz Argentina.
Fue el principio de un acontecimiento que, a lo largo de ciento veinticinco calendarios, se multiplicaron en otras innovaciones que identificaron a la marca Mercedes Benz (desde 1926 Daimler AG) como un "pura sangre", y del que otras terminales tomaron algo.
Fueron los creadores del primer ómnibus (conocido como L 5, propulsado por un motor diesel de seis cilindros) y también del primer camión de la historia (el 1114 marcó un éxito en la Argentina) y como empresa empeñada en la seguridad, como un tema prioritario, diseñaron el habitáculo rígido con zonas de deformación controlada, el cinturón de seguridad y también el airbag.
Sumaron más de miles de patentes entre las que también se destacaron los sistemas ABS (antibloqueo de frenos) y ESP (programa electrónico de estabilidad, ambas según su definición en inglés), inventos que hoy son moneda corriente en todo automóvil, pero que para la firma alemana fueron, desde aquel 1886, sinónimo de propulsión, diseño, seguridad y confort.
Con nombre propio
Además de volar, navegar o sumergirse en el agua, el hombre siempre quiso andar más rápido que el caballo, sin levantar tierra ni polvo. Por eso la historia del automóvil (del griego auto: propio, por uno mismo y del latín movilis) se remonta al siglo XVII, aunque el primer vehículo propulsado a vapor fue obra del escritor e inventor francés Nicholas-Joseph Cugnot, en 1769.
La propuesta estaba basada en un triciclo de 4,5 toneladas con ruedas de madera y llantas de acero.
Pero la historia uniría a dos hombres, desconocidos entre sí y que vivían a más de 140 kilómetros de distancia. Karl Benz (1844/1929), que se graduó con sólo 20 años como ingeniero mecánico, y Gottlieb Daimler (1834/1890), también ingeniero, hijo de un hornero, fueron los padres de esa criatura: un motor de un solo cilindro y de 41 kilos, con una potencia de 0,88 Hp, que hoy no sorprendería a nadie, pero en aquellos años asustó tanto a la gente como a los caballos que tiraban de los carruajes de la época, cuando vieron pasar ese vehículo "de ensayo", propulsado por ligroína, nombre que tenía la gasolina, que sólo podía ser comprada en farmacia y que fue la piedra fundacional de la industria automotriz del mundo.
Muchos años más tarde, durante la Semana Automovilística de Niza, Emil Jellinek, cónsul de Austria en esa ciudad, inscribió su coche Daimler de 4 cilindros y 24 cv, modelo Phoenix en el rally Niza-Magagnon-Niza. Sobre el capot había escrito el nombre de Mercedes, en honor a su hija de 10 años. Ese auto cruzó la meta como vencedor, situación que se reiteró en los albores de 1900, cuando los "Mercedes" ganaron casi todas las competencias y determinó durante la década del '20, durante la fusión de las casas Daimler y Benz, la marca que hoy continúa vigente y que todos conocemos como Mercedes-Benz.
Dentro de esta apretada cronología vale rescatar el origen de la estrella que identifica la marca alemana y que tuvo su origen en una postal que Karl Benz había enviado a su esposa en la que dibujó una estrella sobre su casa de Deutz, lo que quedó oficialmente registrado en 1909, año en que todo vehículo de la marca muestra -como la guía de los Reyes Magos- una estrella de tres puntas, a las que tiempo más tarde se le incorporó una corona de laureles, sinónimo de victoria.
En setiembre se cumplirán 60 años de la empresa alemana en Argentina. Aquí, estuvo la primera planta instalada fuera de Alemania. El próximo 24 de junio se cumplirán 100 años del nacimiento, de Juan Manuel Fangio, uno de los más exitosos corredores del mundo avalados por sus 5 coronas en la Fórmula 1. Este hombre, nacido en Balcarce, provincia de Buenos Aires, que supo ganar tanto prestigio como respeto dentro y fuera de los circuitos, fue nombrado presidente honorario y vitalicio de Mercedes Benz Argentina.
Fuente: Los Andes Online
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