martes, 28 de junio de 2011

Primera gran consulta germano-china en Berlín


La Vanguardia


Acompañado por trece ministros y una nutrida delegación de hombres de negocios, el primer ministro chino, Wen Jiabao, inicia esta tarde en Berlín la tercera y última etapa de su periplo europeo, tras Budapest y Londres. Pero la etapa alemana tiene mucha mayor entidad que las otras dos. Es más que una visita de Estado: es una consulta bilateral gobierno a gobierno, como las que Alemania ha realizado hasta ahora con sus socios más íntimos. También es un sutil guiño asiático a la Europa en crisis.

Por parte alemana este inusual formato de "gran consejo de ministros bilateral" se deduce de la relación comercial. China mantiene con Alemania el 30% de su comercio europeo. La exportación alemana a China casi se ha doblado en los últimos cuatro años y ha salvado con creces a Alemania de la caída de su menguante exportación a la Europa del sur en crisis.

Apoyo al euro
De parte China el interés es doble. Alemania ha sido más liberal que Estados Unidos en algo fundamental para ella; la transferencia de tecnología. Hay 4500 empresas alemanas del sector de la energía y de la protección ambiental trabajando en China, por citar un sector estratégico para Pekín. Además, está el factor Europa, que supera lo meramente comercial y tiene que ver con la estrategia global de China.

Wen ha lanzado un claro mensaje de apoyo a la Unión Europea en crisis. Comenzó en abril anunciando compra de deuda española y ha hecho lo mismo en Grecia y Hungría.

"China está dispuesta a trabajar con Europa repartiéndose oportunidades, afrontando retos comunes y logrando un progreso común", ha dicho el primer ministro chino.

China lleva años diversificando la apuesta de sus enormes reservas de divisas, los famosos tres billones de dólares, y la actual crisis y el desprestigio del dólar como moneda global aceleran la emigración hacia el euro. Esa apuesta, que Wen va a reafirmar en Berlín, es algo más que un asunto monetario: tiene que ver con la nueva pluralidad del mundo multipolar en la que China está interesada.

País difícil
Por lo demás, China tiene en Alemania un país complicado. Según las encuestas, los alemanes son los segundos líderes mundiales en visión desfavorable de China, un grupo que lidera Japón con predominio de europeos y exportadores. Si en Occidente el ascenso chino suele ser visto como amenaza, en Alemania, gran exportadora, es obsesión. En ello se mezcla el hecho de que los chinos cada vez fabrican mejor cosas como la máquina herramienta, en la que los alemanes aun son líderes exportadores, pero también hay una mentalidad.

Con honrosas excepciones, los medios alemanes mantienen un informe sobre China particularmente simplificado y basado en clichés, con los derechos humanos en primer lugar, constata un estudio reciente de la Fundación Heinrich Böll. La viceministra de exteriores china, Fu Ying, menciona un "informe injusto" cargado de "arrogantes reproches" y se queja de que muchos alemanes contemplan la China de hoy con una mentalidad parecida a la que dedicaron a la URSS durante la guerra fría, "pese a que la relación entre China y Europa sea hoy completamente diferente" de aquella. Alemania no sólo tiene mucho que enseñar a China, sino también mucho que aprender de ella.

Como China, Alemania ha recibido con la actual crisis una seria advertencia sobre la vulnerabilidad de la enorme dependencia exportadora de su economía, pero mientras China, en condiciones mucho más difíciles por su nivel de desarrollo y su posición subalterna en la globalización, lleva ocho años planteándose cambios en su modelo de desarrollo, en Alemania no hay indicios de cambio de modelo. La actual política anticrisis que Alemania propone y practica en Europa es una mera reivindicación de la virtud alemana, lo que en las condiciones del mercado único europeo, donde los superávits exportadores de uno sólo pueden acarrear déficits y desequilibrios de los otros, tiene serias repercusiones.

Sin empatía
El coche eléctrico, la arquitectura energéticamente eficiente, la seguridad social y otros asuntos, serán temas del gran encuentro bilateral de Berlín, que concluirá mañana, pero de parte alemana no hay empatía, como la que en Francia otorga la común admiración por la gran civilización, o como la que pueda haber en España por los ecos de un pasado muy reciente de país en desarrollo. Aquí no hay gran terreno para la sutilidad.

"La economía global depende cada vez más de China, esto es peligroso", señalaba ayer una significativa editorial del Frankfurter Allgemeine Zeitung, que llamaba a, "no dejarse engatusar" por artilugios como la reciente puesta en libertad del artista disidente Ai Weiwei, mientras los veintisiete corresponsales alemanes en China enviaban a Angela Merkel una carta denunciando las "masivas limitaciones" que sufre su trabajo. "China no es un socio como cualquier otro, sino la hegemonía de un partido único sin contrapesos ni Estado de derecho, un gigante imprevisible que no es un buen socio para los negocios", señalaba el diario.
Fuente: Rebelion.org

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