Mendoza con un hotel que no usa gas ni electricidad
En La Crucesita construyen el primer hotel autosustentable de la provincia. La provisión de energía se llevará a cabo mediante la utilización de paneles solares.
viernes, 26 de agosto de 2011
Los paneles que servirán para calentar agua y proveer energía eléctrica. (José Gutiérrez / Los Andes) |
Gabriela Balls - gballs@losandes.com.ar
Soñaban con demostrarle a los mendocinos que un edificio podía ser abastecido sólo con energías alternativas. Hace tres años emprendieron el desafío de construir un hotel en el corazón de La Crucesita. Hasta el momento es el primer edificio de Mendoza que está exento de usar electricidad y gas para generar luz, calefacción y calentar agua. En el haber tenían muchos años de residencia en Estados Unidos y de trabajo en el sector de las energías renovables.
Así surge la idea de Jelu ("sol" en lengua huarpe) con una inversión de U$S 400 mil en una superficie de mil metros cuadrados y que será inaugurado en las próximas semanas.
"Primero hicimos los generadores de energía y después la construcción", explica al iniciar la charla Eduardo De Ípola, quien junto a su hermano, Marcelo, son los dueños de este hotel enclavado en el pedemonte lasherino.
Lógicamente, esta estructura dedicada al turismo ecológico tendrá costo cero en el gasto energético. Jelu dispondrá de piscina climatizada, calefacción radiante de piso, cava, sala de reunión, internet, hidromasajes y restaurante para sus 14 habitaciones que estarán alimentadas de energía solar y eólica.
Los paneles solares y eólicos tienen un funcionamiento alternado. Durante el día, es el sol el generador de energía. Y por la noche se aprovechará del viento para continuar con la tarea de abastecimiento.
Los hermanos De Ípola explican que tienen dos circuitos paralelos: los radiadores como pantallas que tienen como función calentar el agua para duchas y piscina y el generador de energía para uso doméstico. El cual combina la solar y eólica.
Así a través de unos inversores, que ellos mismos fabricaron, transforman la energía proveniente de estas fuentes naturales a 220 volt.
"Confiamos en el futuro. Sabemos que en un tiempo los paneles solares serán la fuente principal de generación de energía", explica Eduardo y continua diciendo que "Mendoza tiene todas las características favorables para la energía solar".
Días soleados
Según las estadísticas provinciales hay casi 300 días al año soleados y sin lluvias. En ciertas zonas el viento sopla con la constancia necesaria para convertirse en fuente energética.
A su vez toda la construcción es de material reciclado. Un ejemplo son las puertas principales, las cuales fueron adquiridas en un remate y pertenecen a la emblemática escuela Patricias Mendocinas. Tienen más de 100 años y fueron instaladas en el lobby del petit hotel.
Los techos y algunos detalles en hierros y cadenas son elementos que se reciclaron y se refuncionalizaron para este hotel. Además, para el edificio ocuparon las grandes piedras que hay en el lugar para las paredes. Para el piso usaron ladrillos y cemento. Toda la carpintería es de troncos. Muchos de ellos estaban en el lugar o en el cauce de un arroyo seco.
Para discapacitados
Otro dato interesante es que gran parte de la estructura edilicia está adaptada para personas con discapacidad motriz. La puerta de entrada de una de las habitaciones es más grande. Tiene galerías con rampas y vallas para que puedan circular sin problema por el edificio.
Pero los hermanos De Ípola van por más. Ellos explican que en Estados Unidos los grandes edificios del Gobierno funcionan con energías alternativas. Un caso es la Casa Blanca (The White House, en inglés).
Por ello creen que este proyecto hotelero servirá para que se pueda "creer" que los edificios públicos o las escuelas del Estado pueden ser calefaccionadas o iluminadas con paneles solares y eólicos.
"Jelu es un emprendimiento que hemos realizado a todo pulmón y con recursos propios", señala Eduardo con cierto orgullo y subraya "sabemos que los extranjeros buscan los hoteles ecológicos. En Buenos Aires ya hay algunos y cada vez habrán más...".
"Este es el primero de Mendoza. Servirá como motor de La Crucecita y es muy importante que se fomente en la región el turismo ecológico", finalizó.
Así surge la idea de Jelu ("sol" en lengua huarpe) con una inversión de U$S 400 mil en una superficie de mil metros cuadrados y que será inaugurado en las próximas semanas.
"Primero hicimos los generadores de energía y después la construcción", explica al iniciar la charla Eduardo De Ípola, quien junto a su hermano, Marcelo, son los dueños de este hotel enclavado en el pedemonte lasherino.
Lógicamente, esta estructura dedicada al turismo ecológico tendrá costo cero en el gasto energético. Jelu dispondrá de piscina climatizada, calefacción radiante de piso, cava, sala de reunión, internet, hidromasajes y restaurante para sus 14 habitaciones que estarán alimentadas de energía solar y eólica.
Los paneles solares y eólicos tienen un funcionamiento alternado. Durante el día, es el sol el generador de energía. Y por la noche se aprovechará del viento para continuar con la tarea de abastecimiento.
Los hermanos De Ípola explican que tienen dos circuitos paralelos: los radiadores como pantallas que tienen como función calentar el agua para duchas y piscina y el generador de energía para uso doméstico. El cual combina la solar y eólica.
Así a través de unos inversores, que ellos mismos fabricaron, transforman la energía proveniente de estas fuentes naturales a 220 volt.
"Confiamos en el futuro. Sabemos que en un tiempo los paneles solares serán la fuente principal de generación de energía", explica Eduardo y continua diciendo que "Mendoza tiene todas las características favorables para la energía solar".
Días soleados
Según las estadísticas provinciales hay casi 300 días al año soleados y sin lluvias. En ciertas zonas el viento sopla con la constancia necesaria para convertirse en fuente energética.
A su vez toda la construcción es de material reciclado. Un ejemplo son las puertas principales, las cuales fueron adquiridas en un remate y pertenecen a la emblemática escuela Patricias Mendocinas. Tienen más de 100 años y fueron instaladas en el lobby del petit hotel.
Los techos y algunos detalles en hierros y cadenas son elementos que se reciclaron y se refuncionalizaron para este hotel. Además, para el edificio ocuparon las grandes piedras que hay en el lugar para las paredes. Para el piso usaron ladrillos y cemento. Toda la carpintería es de troncos. Muchos de ellos estaban en el lugar o en el cauce de un arroyo seco.
Para discapacitados
Otro dato interesante es que gran parte de la estructura edilicia está adaptada para personas con discapacidad motriz. La puerta de entrada de una de las habitaciones es más grande. Tiene galerías con rampas y vallas para que puedan circular sin problema por el edificio.
Pero los hermanos De Ípola van por más. Ellos explican que en Estados Unidos los grandes edificios del Gobierno funcionan con energías alternativas. Un caso es la Casa Blanca (The White House, en inglés).
Por ello creen que este proyecto hotelero servirá para que se pueda "creer" que los edificios públicos o las escuelas del Estado pueden ser calefaccionadas o iluminadas con paneles solares y eólicos.
"Jelu es un emprendimiento que hemos realizado a todo pulmón y con recursos propios", señala Eduardo con cierto orgullo y subraya "sabemos que los extranjeros buscan los hoteles ecológicos. En Buenos Aires ya hay algunos y cada vez habrán más...".
"Este es el primero de Mendoza. Servirá como motor de La Crucecita y es muy importante que se fomente en la región el turismo ecológico", finalizó.
Fuente: Los Andes Online
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