Revelan documentos que relacionan la guerra de Malvinas con el conflicto por el canal Beagle
Los textos revelan el intercambio de información que
hubo entre un diplomático chileno y otro británico, previo a la guerra
por las islas.
Poco antes de que comenzara el conflicto bélico entre Gran
Bretaña y Argentina por las islas Malvinas en 1982, un diplomático
chileno y otro británico tuvieron un revelador intercambio de
documentación. La misma demuestra la relación entre esa guerra y la
disputa entre Argentina y Chile por el canal Beagle.
BBC Mundo accedió esos documentos secretos de la diplomacia
británica, que fueron desclasificados recientemente, y que revelan
detalles de la conversación entre ambos hombres.
Los papeles datan de principios de marzo de 1982. David Joy, entonces
consejero de la embajada británica, quería saber lo que su par chileno,
Raúl Schmidt, podía contarle sobre aquella experiencia, que pudiera
arrojar luces sobre una posible guerra.
Según consta en el archivo secreto "Argentina/Chile: la disputa por
el canal Beagle", perteneciente al Ministerio de Relaciones Exteriores
Británico, Joy estaba interesado "particularmente en escuchar sus
comentarios sobre el origen común de los problemas actuales de soberanía
de Argentina con ambos gobiernos, el británico y el chileno".
El diplomático chileno había sido jefe de gabinete del ministro de
Relaciones Exteriores de Pinochet hasta 1978, el almirante Patricio
Carvajal. Por esa razón, disponía de información privilegiada y de
primera mano sobre el tema.
La información que recibió Joy fue inmediatamente reenviado a sus
superiores, según consta en un memorándum restringido que remitió a
Colin Bright, encargado de la sección Sudamericana del ministerio del
Exterior británico.
La tesis del diplomático chileno
"La tesis de Schmidt se basa esencialmente en la necesidad de la
Armada argentina de tener un puerto estratégico más al sur" del actual,
por entonces el Puerto Belgrano, señala el informe.
Así, la opción obvia, Ushuaia, no es satisfactoria desde este punto
de vista, dado que se encuentra bajo constante vigilancia chilena",
explica el escrito.
Asimismo, el informe asegura que los argentinos están "desesperados"
por conseguir algún otro puerto seguro, lo que los empujaría a intentar
acceder "a las islas del sur del Beagle o a las Falklands". Por tanto,
el texto concluye que Schmidt "cree que las disputas por la soberanía
están vinculadas".
El escrito fue recibido el 15 de marzo y distribuido entre los altos cargos del Ministerio de Relaciones Exteriores británico.
Posteriormente, fue agregada una anotación escrita a mano que sugiere
que dos semanas antes de estallar la guerra los británicos estaban
dispuestos a negociar un asentamiento naval argentino en las islas.
"¿Podríamos acomodar fácilmente una base naval argentina? Porque de
ser así, deberíamos tener esta idea en mente si reanudamos las
negociaciones", completa otro comentario manuscrito sobre el mismo
documento.
Otra opinión
La idea de una interconexión entre ambos conflictos "tiene mucho
sentido", según Francisco Panizza, experto en política latinoamericana
de la Escuela de Gobierno de la London School of Economics.
Según el profesor, siempre ha habido muchas teorías, pero un vacío
histórico para determinar por qué el gobierno de facto del general
Leopoldo Galtieri eligió ese momento para invadir las islas.
Más allá de la conversación diplomática, los documentos
desclasificados revelan que el gobierno británico siguió con interés el
conflicto entre Argentina y Chile por las tres islas estratégicas
durante un buen tiempo.
Según consta en el archivo secreto, en 1982 Argentina llevaba cuatro
años de "intenso lobby" internacional para lograr revertir la mediación
papal de 1978, que corroboraba la decisión de la Corte Internacional
británica de adjudicarle la soberanía de las islas a Chile.
Sin embargo, Argentina cometió un error estratégico, desde el punto
de vista de la diplomacia internacional, que terminó por sepultar
cualquier posibilidad de apoyo, según evalúan los papeles del gobierno
británico.
La derogación a principios de año del tratado que 10 años antes había
firmado con Chile para someter sus conflictos territoriales a arbitraje
internacional no fue bien recibido por la comunidad diplomática.
El documento fue redactado el 29 de abril de 1982, sólo tres días
antes de que la marina británica hundiera el General Belgrano, buque
insignia de la marina argentina, hecho que determinó el curso de la
guerra, favorable para los ingleses.
Fuente: BBC Mundo/elsolonline.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario