jueves, 6 de junio de 2013

Alpamanta quiere potenciar los vinos biodinámicos

Además de cuidar el medioambiente, se busca expresar el “terroir” de manera diferente. La inversión de capitales austríacos en Ugarteche se afianza y tiene prevista la construcción de su propia bodega.

Por G.F. Bazán y F. Lancia
vitivinicultura@diariouno.net.ar
 
Natural. En los cultivos de la bodega Alpamanta no se usan pesticidas ni agroquímicos, sino compostaje natural para aprovechar los recursos que da la tierra. Foto: Gentileza FBLComunicación
 
Los vinos sustentables, orgánicos y biodinámicos han ganado terreno durante los últimos años, especialmente en algunos mercados, como algunos países europeos, donde los consumidores muestran un marcado interés por el cuidado del medioambiente y la salud.

Bajo estos conceptos, en 2005, el austríaco Andrej Razumovsky se instaló en Mendoza para desarrollar un proyecto de vinos biodinámicos, denominado Alpamanta, con el fin de abastecer la demanda de estos mercados y también de promover esta filosofía en el mercado local.

Para ello adquirió un predio de 35 hectáreas en Ugarteche, Luján de Cuyo, el cual desarrolló bajo los preceptos de Rudolf Steiner (creador de la agricultura biodinámica) y la supervisión del chileno Álvaro Espinosa, uno de los referentes más destacados en esta materia en todo Latinoamérica.

La primera cosecha de Alpamanta, que aún no cuenta con bodega propia, fue en 2008, cuando exportó casi la totalidad de su producción, a partir de sus vides preparadas con compostaje y respetando el calendario biodinámico durante todo el año.

En un proyecto como el de Alpamanta, que significa “amor a la tierra”, “se trata fundamentalmente de crear un sistema cerrado, a partir de un trabajo orgánico en el viñedo, respeto a la naturaleza y el medioambiente, pero además utilizando de la mejor manera los recursos que la tierra nos provee”, sostuvo Pamela Federici, ingeniera agrónoma encargada de la finca.

“Además aprovechamos algunas hierbas medicinales para hacer diversos preparados y así contar con herramientas adicionales para obtener un producto lo más natural posible”, agregó.

Por otro lado, “al tratarse de una materia prima como la uva, a partir de una forma muy natural, hay una marcada expresión del terroir, que es lo más importante. De esta manera se puede obtener un producto diferente y no tan generalizado como la mayoría de los proyectos que hacen un manejo más tradicional en el viñedo”, aclaró la agrónoma.

En la biodinámica no se usa ningún tipo de pesticidas ni agroquímicos como en la agricultura convencional, sino que todo se prepara en la propia finca, que también cuenta con animales, como ovejas y gallinas, entre otros.

“En Mendoza tenemos un clima muy favorable para el desarrollo de estos proyectos. En nuestra huerta realizamos todos los preparados con hierbas curativas, como la ortiga, milenrama, manzanilla y diente de león, todas hierbas que se conocen de la medicina homeopática”, detalló Elizabeth Bachbauer, quien tiene la responsabilidad del turismo en Alpamanta.

Influencia de la Luna 

El otro aspecto que considera la biodinámica está relacionado con el calendario lunar. “A partir de allí, considerando las distintas fases de la luna, planificamos todas las tareas de la finca: la cosecha, la siembra, el riego, la poda. La idea básica para explicarlo de manera sencilla es sacar el máximo de la influencia que tiene la naturaleza para poder darle mayor nutrición a la planta y darle el mejor apoyo de manera natural y sana”, agregó.

El emprendimiento vitivinícola de Ugarteche fue uno de los primeros del país en obtener la certificación biodinámica Demeter, entidad oficial internacional para productos de agricultura de este tipo.

La finca posee Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Syrah, Merlot, Petit Verdot, Chardonnay y Sauvignon Blanc. Está preparada para recibir al turismo y realizar ventas al público. Tiene previsto, aunque por ahora no hay fecha de inicio, la construcción de la bodega propia.

Fuente: diariouno.com.ar

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