¿El fin de Siria tal como la conocemos?
Por qué Obama declara la guerra a Siria
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
La
respuesta en pocas palabras según una fuente en el Congreso de EE.UU.
son Irán e Hizbulá. “La victoria del ejército sirio en al-Quseir fue más
de lo que el gobierno podría aceptar en vista de la posición
estratégica de la ciudad en la región. Su captura por las fuerzas de
Asad ha agregado esencialmente Siria a la lista de victorias de Irán,
comenzando por Afganistán, el Líbano, Irak, así como su creciente
influencia en el Golfo”.
Otras fuentes afirman que en
realidad Obama no quería –por diversas razones– invocar una ayuda
militar directa a los rebeldes que combaten para derrocar el gobierno de
Asad o incluso hacer uso en Siria del poder militar estadounidense.
Entre ellas la falta de apoyo del público estadounidense a otra guerra
en Medio Oriente, el hecho de que no parece haber ninguna alternativa
aceptable al gobierno de Asad en el horizonte, la posición de la
comunidad de inteligencia de EE.UU. y del Departamento de Estado y el
Pentágono de que la intervención en Siria podría ir muy mal para EE.UU. y
destruir lo que queda de su influencia en la región. En resumen, que el
hecho de que EE.UU. se involucre en Siria podría resultar aún peor que
en Irak, al intensificar una guerra sectaria regional sin ningún
resultado positivo.
Parece que anteriormente Obama se
mostraba serio respecto a una solución diplomática pre-Quseir e incluso
había algunas señales positivas provenientes de Damasco, Moscú e incluso
Teherán, según John Kerry. Pero eso ha cambiado en parte porque Rusia y
EE.UU. han endurecido sus demandas. En consecuencia, esencialmente el
gobierno de Obama ha tirado la toalla en el ring diplomático. Más de un
miembro del personal del Congreso informó al autor de este artículo de
que el equipo de Obama ha llegado a la conclusión de que el gobierno de
Asad no reconocía sus intenciones o no las tomaba en serio y que los
recientes triunfos militares y el creciente apoyo popular de Asad
significaban que no iba a tener lugar una iniciativa Ginebra 2 seria.
Además,
Obama ha sido debilitado recientemente por las políticas interiores y
una serie de distracciones y posibles escándalos, sobre todo las
revelaciones sobre invasión masiva de la privacidad por parte de la
Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Además el lobby partidario de la
guerra, encabezado por los senadores McCain y Lindsay Graham, todavía
hace resonar sus tambores y afirma que Obama estaría violando su
juramento al poner en peligro el interés nacional de seguridad de EE.UU.
al permitir que Irán se apodere esencialmente de Siria una vez que Asad
aplaste el levantamiento. Ambos senadores saludaron la evaluación de
las armas químicas. Durante meses han dicho que Obama no ha hecho lo
suficiente para ayudar a los rebeldes. “La credibilidad de EE.UU. está
en juego”, dijeron esta semana en una declaración conjunta. “Ahora no es
el momento de dar solo el próximo paso adicional. Ahora es el momento
de acciones más decisivas”, dijeron, como el uso de misiles de largo
alcance para debilitar el poder aéreo y las capacidades de misiles de
Asad. Otro neoconservador, el senador Robert P. Casey Jr. (demócrata),
dijo que las fuerzas opositoras se arriesgan a la derrota por la falta
de armas pesadas, pero también advirtió de que eso podría ser
insuficiente. “EE.UU. debería actuar rápidamente para cambiar el
equilibrio sobre el terreno en Siria considerando impedir el despegue de
la fuerza aérea siria mediante armas teleguiadas y protegiendo una zona
segura en el norte de Siria con misiles Patriot en Turquía”, dijo
Casey.
Según algunos analistas, Obama podría autorizar
alternativamente el armamento y entrenamiento de la oposición siria en
Jordania sin una zona de exclusión aérea. Esto parece poco probable,
según mis interlocutores en Washington, porque el Pentágono quiere
terminar la crisis siria para finales del verano, “en lugar de trabajar a
largo plazo con un montón abigarrado de yihadistas en los que nunca
podríamos confiar o contar con ellos. Al parecer el gobierno ha llegado a
la conclusión de que si se inicia algo más vale completarlo, queriendo
decir que no permitiría que Irán controlara Siria e Hizbulá se apoderara
de Líbano”.
El Secretario de Estado Kerry mantuvo reuniones con más de dos docenas de especialistas militares el 13 de mayo de este año. The Washington Post
informa de que Kerry cree que suministrar armas a los rebeldes sería
demasiado poco y demasiado tarde para inclinar la balanza en en Siria y
que es necesario “un ataque militar para paralizar las capacidades
militares de al-Asad”. Una fuente del Pentágono informó de que EE.UU.,
Francia y Gran Bretaña están considerando una decisión determinante para
revertir el actual ímpetu de Asad y construir rápidamente uno favorable
a los rebeldes” en un período que no exceda el fin de este verano.
Poco
después del inicio de las reuniones, el rey Abdalá de Arabia Saudita
volvió rápidamente a su país desde su palacio en Casablanca, Marruecos,
tras de recibir un llamado de su jefe de inteligencia, el príncipe
Bandar Bin Sultan. Según las informaciones, Bandar tuvo un representante
en la Casa Blanca en las reuniones con el equipo del presidente Obama.
Se dice que Kerry aconsejó al rey Abdalá que se preparara para una
rápida expansión del creciente conflicto regional.
Lo que
suceda desde ahora hasta el final del verano probablemente será
catastrófico para el público sirio y tal vez para el Líbano. La “línea
roja de las armas químicas” no se toma en serio en el Congreso porque la
“evidencia inclusiva” de hace meses es la misma que de repente se
invoca para justificar lo que puede convertirse esencialmente en una
guerra hecha y derecha contra el gobierno sirio y cualquiera que
interfiera. Los lamentos por la pérdida de 125 vidas por las armas
químicas, sea quien sea el que las utilizó, palidecen en comparación con
las más de 50.000 vidas adicionales que se perderán en los próximos
meses, una cifra que los planificadores del Pentágono y la Casa Blanca
han “presupuestado” como precio por el derrocamiento del gobierno Asad.
“Vamos
a ver una rápida escalada del conflicto”, me informó por email un
funcionario en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU.:
“El presidente ha tomado la decisión de dar la ayuda humanitaria que sea
necesaria, así como apoyo político y diplomático a la oposición.
Adicionalmente se brindará apoyo directo al (Consejo Militar Supremo) y
eso incluye apoyo militar.” El funcionario citó las palabras del
Consejero Nacional de Seguridad Adjunto, Ben Rhodes, ante los medios el
13 de mayo, sobre el mismo tema.
EE.UU. va a establecer en
las próximas semanas una parte de esa “ayuda humanitaria”, una “zona de
exclusión aérea" limitada, humanitaria, que comenzará a lo largo de
varios kilómetros de las fronteras jordana y turca en ciertas áreas
militares dentro del territorio sirio que se establecerá y se presentará
como una acción limitada para entrenar y equipar a las fuerzas rebeldes
y proteger a los refugiados. Pero en realidad, como vimos en Libia, una
zona de exclusión aérea probablemente incluirá Siria entera.
Las
zonas de exclusión aérea de Libia dejaron claro que no existe una “zona
limitada”. En pocas palabras, una “zona de de exclusión aérea”
significa esencialmente una declaración de guerra formal. Una vez que
EE.UU. y sus aliados inicien una zona de exclusión aérea la expandirán e
intensificarán al emprender muchas otras acciones militares para
proteger sus zonas hasta que el gobierno sirio caiga. “Es sobrecogedor
contemplar cómo acabará esto y cómo reaccionarán Irán y Rusia”, concluyó
una fuente.
La Casa Blanca trata de calmar a los pocos en
el Congreso así como a la mayoría del público estadounidense en el
sentido de que es posible una participación limitada de EE.UU. y que la
zona de exclusión aérea no requeriría la destrucción de baterías
antiaéreas sirias. Otro despropósito. La zona de exclusión aérea que
presencié en Libia en el verano de 2011, EE.UU. la respaldó con todas
las formas de reabastecimiento, bloqueo electrónico, operaciones
especiales en el terreno y a mediados de julio ni un niño pedaleando en
su bicicleta estuvo seguro. Durante los 192 días de patrullaje de las
zonas de exclusión aérea libias, los países de la OTAN realizaron 24.682
ataques aéreos incluyendo 9.204 bombardeo. La OTAN afirmó que nunca
erró un objetivo pero tampoco eso era verdad. Cientos de civiles
resultaron muertos en Libia por los aviones de ataque de la zona de
exclusión aérea que no dieron en sus objetivos y vaciaron sus
compartimientos de bombas antes de volver a su base, mientras realizaban
aproximadamente 48 bombardeos diarios utilizando una variedad de bombas
y misiles, incluyendo más de 350 misiles crucero Tomahawk.
En
una audiencia en el Congreso en 2011, el Secretario de Defensa Robert
Gates tuvo razón cuando explicó al discutir Libia que “una zona de
exclusión aérea comienza con un ataque para destruir todas las defensas
aéreas… y entonces puedes hacer que vuelen los aviones por todo el país y
no preocuparte de que nuestros muchachos vayan a ser derribados. Pero
así comienza”.
Según los reportes publicados en medios
estadounidenses, Obama podría autorizar alternativamente el armamento y
entrenamiento de la oposición siria en Jordania sin una zona de
exclusión aérea. Esto parece poco probable porque el Pentágono quiere
terminar la crisis siria antes del fin del verano, según los informes
que he recibido, “en lugar de trabajar a largo plazo con un montón
abigarrado de yihadistas en quienes nunca podríamos confiar o contar con
ellos. Al parecer el gobierno ha llegado a la conclusión de que si se
inicia algo más vale completarlo”.
En respuesta a mi
pregunta de cómo pensaba que podrían desarrollarse las cosas en la
región durante los próximos meses, un antiguo asistente del Congreso
respondió: “Bueno, Franklin, tal vez alguien saque un conejo del
sombrero para detener la presión por la guerra. Pero francamente lo
dudo. Desde donde estoy apostaría a que Siria tal como la conocemos
dejará de existir. Y tal vez ocurra lo mismo con otros países en la
región”.
Franklin Lamb investiga en Siria y el Líbano. Contacto: fplamb@gmail.com
Fuente: Rebelion.org
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