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Es uno de los puntos del recorrido del Qhapaq Ñan en Mendoza. Son alrededor de 60 kilómetros. (Los Andes) |
Por primera vez en la historia, una parte del territorio mendocino es patrimonio mundial. Se trata del Qhapaq Ñan (más conocido como “camino del Inca”), que junto a otras maravillas como la Antigua Ciudad Maya (México), la fábrica textil Van Nelle en Rotterdam (Holanda y la Ciudadela de Erbil (Irak), entre otras, fue incluido ayer por la Unesco -reunida desde la semana pasada en Doha, Qatar- en la lista del patrimonio de la humanidad.
Este camino -conocido también como sistema vial andino- atraviesa en nuestra provincia las zonas del departamento de Las Heras conocidas como La ciénaga de Yalguaraz, Tambillos, Tambillitos, Ranchillos, Puente del Inca, Confluencia, Pirámide del Aconcagua y Cerro Penitentes. En Mendoza se encuentra la última parte de este largo recorrido, que fue consolidado y expandido durante los siglos XV y XVI por el Imperio Inca o Tawantinsuyu.
El doctor Roberto Bárcena, arqueólogo y director del Centro Científico Tecnológico (CCT), lleva muchos años, más de 40, transitando estas zonas y explicó a Los Andes el valor histórico que este lugar representa.
Cabe aclarar que Bárcena ha colaborado con el relevamiento de este territorio desde su especialidad, la arqueología (en conjunto con la etnohistoria), para integrar el patrimonio más significativo de las siete provincias andinas argentinas que albergan el Camino del Inca: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza, a la lista de bienes nacionales, sumándolos a la presentación internacional.
“La idea de convertir el camino en Patrimonio de la Humanidad surge por iniciativa del Perú -en 2001- y luego se invitó a los demás países andinos a sumarse. Argentina fue el primero en aceptar la invitación”, explicó Bárcena, agregando que la idea fue armar una presentación en conjunto para la Unesco.
En 2012 y con la participación activa de la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos y del Comité Mendoza del Ministerio de Cultura, llegaron veedores de origen cubano -asesores de la Unesco- para avalar la candidatura del Qhapaq Ñan. “Cuando vinieron aquí le mostramos todo tal cual estaba. Fuimos a Tambillos y les mostramos tal cual está hace varios años”, añadió Bárcena.
La traza del camino construidos por los incas a lo largo de 23.000 km y que llevan varios siglos uniendo las cumbres de los Andes pasando por Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, es uno de los lugares más famosos del mundo. Y la iniciativa para valorarlo a través de la Unesco es la única que ha unido a tantos países por un mismo propósito.
Cabe destacar que las decisiones del comité de la Unesco, que estará reunido hasta el 25 de junio para decir la inclusión de otros lugares en la lista, tienen un fuerte componente económico, ya que el hecho de estar en la lista puede suponer la llegada de fondos para preservar el lugar y aumentar el turismo en la zona.
Tras el anuncio de ayer, Marizul Ibáñez, ministra de Cultura de la provincia, declaró que el nombramiento “nos beneficia, pero también nos obliga a mantenerlo, a hacerlo conocer, a que nada le suceda, a darle posibilidades a los pueblos propios de la zona”.
Además, explicó que gracias al nombramiento vendrá ayuda económica y se deberá trabajar en forma conjunta con las otras provincias por donde pasa el camino. “Pediremos que esté dentro del presupuesto de la provincia”, adelantó Ibáñez.
El Qhapaq Ñan mendocino Como se dijo, el Camino del Inca que pasa por Mendoza toca las zonas Yalguaraz, Tambillos, Tambillitos, Ranchillos, Puente del Inca, Penitentes y Confluencia, en el Aconcagua. “La extensión del camino en nuestra provincia es de alrededor de 60 kilómetros”, explicó Bárcena.
Así, recorre desde el norte por la Ciénaga de Yalguaraz; continúa por Tambillos y San Alberto, salvando el paso del núcleo poblacional prehistórico de Uspallata por el oeste del mismo, dirigiéndose por detrás de unas lomadas a Ranchillos y por la margen derecha de este arroyo, aguas abajo, hasta alcanzar la margen izquierda del río Mendoza, donde prosigue río arriba. “Es el último extremo del Camino del Inca por Argentina. Por Chile llega hasta la región del Maule”, describió el especialista del CCT.
Bárcena contó que la zonas de Tambillos y Ranchillos, por ejemplo, fueron puestas en valor con sus propias manos, junto a un equipo de científicos y estudiantes que trabajaron con él. Así, en los ‘90 fue notable la revalorización del lugar. Carteles explicativos y hasta un mirador del camino fueron estructuras que se supieron ver durante la última década del siglo XX.
Tras declararse Patrimonio de la Humanidad, estos lugares deberán ser remodelados, acorde a los tiempos. “Sabemos que está descuidado y no ha tenido la visibilidad que merece. Ahora tenemos un compromiso con la humanidad. Una de las ventajas con la que corremos es que es de fácil acceso. Queremos darle gran empuje al desarrollo histórico”, subrayó la ministra de Cultura.
Tambo y manufacturas Uno de los lugares más llamativos, porque se ve a simple vista desde la ruta, es Tambillos. El tambo (viene de la palabra ‘tampu’, que refiere al albergue) incaico se halla a unos 2.200 m.s.n.m, en terrenos de la estancia Los Tambillos, pertenecientes a la familia Zapata. La ruta N° 39 que une Uspallata con Calingasta pasa por este lugar y luego se dirige hacia Yalguaraz.
Este sitio se encuentra en el extremo austral oriental que los incas llamaban Collasuyo, que forma parte del Tahuantisuyu o dominio de las cuatro regiones unidas por el Cuzco, considerado el ombligo del mundo incaico.
Allí pueden verse los restos de los recintos donde probablemente se hacían manufacturas, en muchos de los casos relacionadas con la cerámica. También existen recintos que pueden haber hecho las veces de silos de almacenamiento.
“Cuando se pavimente, Vialidad Nacional va a modificar el camino que pasa por Tambillos con una curva, como una especie de amortiguación de 150 metros para salvar el lugar. Luego vuelve al camino de siempre. Más adelante, en San Juan, se pondrá cartelería para que se sepa que allí también hay Camino del Inca”, explicitó Bárcena.
La decisión del comité La decisión que la 38° Sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco iba a tomar en Doha contemplaba para Mendoza y el resto de las provincias argentinas tres alternativas: o bien que sea un sí rotundo, lo que sucedió en este caso; que fuera negativa y hubiera que esperar un tiempo para volver a postular; o que fuera intermedia, es decir, que el organismo plantee sugerencias a un país o varios para hacer modificaciones o arreglos al proyecto.
“Unesco sabe el trabajo que demandó proponer al Qhapaq Ñan como patrimonio de la humanidad. Sabe que hay un esfuerzo de puesta en valor. Ahora, que el camino sea patrimonio de la humanidad implica una responsabilidad. Hay que saber qué hacer”, explicó Bárcena.
Para finalizar, advirtió que el nombramiento debe venir acompañado de protección a través del conocimiento. “No se protege lo que no se conoce. Por ello es muy importante el conocimiento. No sirve entrar en la lista roja de la Unesco”.
Otros lugares patrimonio UNESCO en el país 1981 - Los Glaciares (Santa Cruz)
1983-1984 - Misiones jesuíticas guaraníes: San Ignacio Miní, Santa Ana, Nuestra Señora de Loreto y Santa María la Mayor (Argentina), ruinas de São Miguel das Missões (compartido con Brasil)
1984 - Parque Nacional Iguazú, Cataratas del Iguazú (Misiones)
1999 - Península Valdés (Chubut)
1999 - Cueva de las Manos en Río Pinturas (Santa Cruz)
2000 - Manzana Jesuítica y Estancias de Córdoba
2000 - Parques naturales de Ischigualasto y Talampaya (San Juan y La Rioja)
2003 - Quebrada de Humahuaca (Jujuy)
El tiempo de la puesta en valor Hace un mes, aproximadamente, tuve la oportunidad de visitar la zona de Tambillos. Llegué de casualidad, sinceramente no sabía hacia dónde iba cuando me subí al auto y recalé en ese lugar que me llamó la atención por un mirador de piedra, del estilo del estadio Malvinas antes de la remodelación.
Una vez abajo del auto, a un costado de la ruta 39, me acerqué al lugar sin saber todavía de qué se trataba. Se veían muchas jarillas por todos lados, y descuido en general. Carteles herrumbrados que alguna vez hicieron las veces de informador turístico y una mole en el centro del predio que se eleva unos tres metros del piso y que permite ver el Camino del Inca.
Todo esto rodeado de un alambrado que en algunos lugares ya perdió su poste de referencia. De fondo, las montañas mendocinas, el horizonte y el silencio contextualizaban el abandono general.
Ahora que este sitio de Mendoza ha sido incluido dentro de la lista de la Unesco, es el momento de refuncionalizar la zona. De poner los recursos del estado al servicio del Qhapaq Ñan para darle el lugar que merece dentro de los recorridos turísticos de la provincia.
Me viene a la mente el Camino de Santiago (España) -también declarado Patrimonio de la Humanidad- que une distintas ciudades francesas con Compostela a lo largo de un centenar de kilómetros. Los peregrinos que por allí transitan son cientos de miles cada año.
Quizás sea hora de seguir ese ejemplo y realizar con el Camino del Inca una acción similar. Es cuestión de visión.