lunes, 30 de mayo de 2016

El primer vuelo tripulado de la CST-100 Starliner tendrá lugar en 2018
por Daniel Marín



La nave espacial CST-100 Starliner es el patito feo de los nuevos vehículos tripulados de los Estados Unidos. Es habitual que la Dragon V2 de SpaceX y la Orión de la NASA se lleven todos los titulares, mientras que la cápsula de Boeing apenas logra llamar la atención. Y parece que este va a seguir siendo el caso, ya que Boeing ha anunciado que retrasa el primer vuelo tripulado de la CST-100 hasta 2018, un año más tarde de lo previsto.

Nave CST-100 Starliner de Boeing (Boeing).

A lo largo de esta década la NASA ha subvencionado el desarrollo de varias naves tripuladas para dar servicio a la estación espacial internacional (ISS) a través de los programas CCDev, CCiCap y CCtCAP. En septiembre de 2014 la agencia espacial anunció que finalmente solo se construirían la CST-100 Starliner y la Dragon V2, dejando atrás a la lanzadera DreamChaser de Sierra Nevada. De acuerdo con el contrato CCtCAP (Commercial Crew Transportation Capability) de ese año, Boeing recibiría 4200 millones de dólares para desarrollar la nueva nave de cara a una primera misión tripulada en 2017. 


Partes de la CST-100 Starliner (Boeing).

Según estos planes, la primera misión sin tripulación de la CST-100, denominada Boe-OFT (Orbital Flight Test) tendría lugar en junio de 2017, mientras que la primera misión con astronautas, Boe-CFT (Crewed Flight Test), se llevaría a cabo en octubre de ese mismo año. Con el nuevo calendario el primer vuelo no tripulado pasa a diciembre de 2017, mientras que la primera misión tripulada —que llevará una tripulación de dos personas formada por un astronauta de la NASA y un piloto de Boeing— se retrasa a febrero de 2018. Previamente, en octubre de 2017, se realizará una prueba del sistema de escape LAS (Launch Abort System) en la rampa de lanzamiento.

¿A qué se debe el retraso? Aparentemente, Boeing está encontrando dificultades para reducir la masa de la nave e integrar el software específico suministrado por la NASA. Además, también han surgido problemas con la aerodinámica del conjunto lanzador-cápsula. Recordemos que la CST-100 será lanzada desde la rampa SLC-41 de Cabo Cañaveral mediante un Atlas V 522, un nuevo modelo que actualmente no está en servicio que dispondrá de dos motores en la etapa superior Centaur y dos cohetes aceleradores de combustible sólido.

Cohete y rampa de lanzamiento de la Starliner (Boeing).

La CST-100 Starliner debía ser la primera nave privada de los EEUU en acoplarse con la ISS, pero el retraso podría cambiar estos planes. Al fin y al cabo, SpaceX mantiene su intención de lanzar la primera Dragon V2 sin tripulación entre abril y junio de 2017 y realizar la primera misión tripulada entre julio y septiembre de ese mismo año. Pero pese a todo la CST-100 sigue adelante. El pasado 2 de mayo Boeing completó el montaje del primer fuselaje de la CST-100 Starliner, un prototipo denominado STA (Structural Test Article). El STA no volará al espacio, pero es un paso imprescindible en el programa de desarrollo de la Starliner. El montaje tuvo lugar en el edificio OPF-3 (Orbiter Processing Facility 3) del Centro Espacial Kennedy —donde se procesaban los transbordadores espaciales—, ahora denominado C3PF (Commercial Crew and Cargo Processing Facility).

Montaje del fuselaje del prototipo STA en mayo de 2016 (NASA).

Otra vista del fuselaje del STA (Boeing).

La CST-100 (Crew Space Transportation 100) Starliner es una nave que puede llevar hasta cinco astronautas a la ISS. Su diseño recuerda a la de la cápsula Orión de la NASA (fabricada por Lockheed Martin), pero es más pequeña (4,56 metros de diámetro frente a 5 metros) y ligera (12 toneladas frente a 25 toneladas). El parecido no es coincidencia, ya que Boeing usó para esta nave parte de la tecnología desarrollada originalmente para el programa CEV (Crew Exploration Vehicle) del Programa Constelación. El contrato para desarrollar el CEV, que pasaría a llamarse Orión, fue otorgado finalmente a Lockheed Martin. Como novedad, la CST-100 no amerizará en el océano, sino que se posará en tierra firme ayudada por un conjunto de airbags.

CST-100 (Boeing).


Fuente: danielmarin.naukas.com

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