Primeros movimientos en la NASA para enviar una nave interestelar a Alfa Centauri
Un nuevo informe anima a la agencia espacial a comenzar a trabajar en una hoja de ruta para desarrollar un nuevo sistema de propulsión, cuyo objetivo será llegar a las estrellas en el 2069
Un nuevo informe anima a la agencia espacial a comenzar a trabajar en una hoja de ruta para desarrollar un nuevo sistema de propulsión, cuyo objetivo será llegar a las estrellas en el 2069
Reprsentación artística de una nave interestelar, basada en un sistema de propulsión de fusión nuclear - Tau Zero/Flickr |
Poco más de un mes después de que Stephen Hawking presentara en Nueva York un ambicioso proyecto para enviar una sonda espacial a Alfa Centauri, junto al filántropo ruso Yuri Milner y al fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, algunos funcionarios de la NASA se han puesto a trabajar en el asunto para evitar que la iniciativa privada se adelante a la todopoderosa agencia espacial.
Este mismo lunes, John Culberson, un abogado que participa en la redacción de los presupuestos de la NASA y que forma parte del panel de la Cámara Baja de Estados Unidos que supervisa las actividades de este organismo, ha presentado un informe en el que pretende marcar un antes y un después. Tal como informa Science, el abogado presenta en estas páginas un plan y un presupuesto para 2017 en el que se propone desarrollar una sonda interestelar, cuyo objetivo será enviar una misión a Alfa Cenaturi en el año 2069, justo un siglo después del aterrizaje de la misión Apolo 11 en la Luna.
En el informe, que será evaluado a partir de hoy, Culberson «anima a la NASA a estudiar y desarrollar conceptos de propulsión que pudieran permitir a una sonda interestelar científica alcanzar una velocidad de crucero de 0,1 c (es decir, del 10 por ciento de la velocidad de la luz)».
Aunque en el informe aún no se ajustan los presupuestos para esta tarea, se hace un llamamiento para comenzar a realizar informes tecnológicos y un plan estratégico de aquí a un año.
Un espacio «infinito»
Aunque el telescopio espacial Kepler sigue desvelando la presencia de miles de planetas extrasolares (los exoplanetas), y registrando posibles lugares habitables, lo cierto es que de momento cualquier viaje a estos lugares forma parte de la ciencia ficción. El motivo es que las distancias son tan enormes que llevaría milenios llegar a estos lugares.
Por ejemplo, el sistema estelar más cercano y que está en boca de Hawking y de Culberson, está a 4,4 años luz de distancia. Para hacerse una idea de lo que significa este espacio, se puede tener en cuenta que la Tierra está a unos ocho minutos luz de distancia del Sol. Para ese mismo rayo de luz harían falta entre 5,5 y 9 horas para llegar a Plutón. Y todo teniendo en cuenta que la luz viaja a la increíble velocidad de 300.000 kilómetros «por» segundo (km/s).
¿Cuánto tardaría en recorrer esas distancias la nave más rápida? La nave Helios, que logró viajar a unos 250.000 kilómetros por hora (km/h), o sea, unos 70 km/s, necesitaría 18.000 años para llegar a Alfa Centauri. Otra famosa y rápida nave, la «New Horizons», tardó en recorrer la distancia que separa la Tierra de Plutón en 9 años, viajando a una velocidad de 17 km/s.
Velas espaciales
Para lograr la increíble velocidad de 0,1c habría que invertir enormes cantidades de energía aún para una nave muy ligera. Ahí es donde entra el proyecto Starshot, que pretende lanzar al «infinito» una nave de menos de un gramo de masa aprovechando el empuje de potentísimos láseres apuntando sobre unas ligeras velas espaciales.
Colector de Bussard. Su gran ventaja, es recoger su combustible, el hidrógeno, a medida que viaja- NASA |
Por eso no sosprende que el informe presentado por Culberson descarte usar formas convencionales de propulsión. En su lugar, se mencionan sistemas de fusión (que aún ni siquiera funcionan en la Tierra y no digamos ya en el espacio) o sistemas de fusión catalizados por antimateria. En este apartado de ciencia ficción dura, también se menciona el uso de colectores de Bussard, un sistema que recoge el hidrógeno del medio interestelar y que genera reacciones de fusión nuclear para generar aceleración.
Otra opción más realista es la basada en la tecnología de pulsos. El programa «Innovative Advanced Concepts» (NIAC) de la NASA ya trabaja en conceptos de propulsión que podrían llegar a los 0,1c. Se inspira en sistemas de láser del programa DEEP IN, que ya inspiró al proyecto Starshot de Milner, Hawking y compañía. De momento, el NIAC ya ha invertido en este proyecto 600.000 dólares, y un equipo de investigadores trabaja en perfeccionar el concepto.
Jason Derleth, Director Ejecutivo del Programa NIAC, ha reconocido en Science que su departamento hace investigaciones que están en el límite de la ciencia ficción, y también ha dado la bienvenida al interés de la Cámara Baja de Estados Unidos en este tipo de cuestiones.
Lo interesante es pensar que, a fin de cuentas, hace 50 años ir a la Luna también era cosa de ciencia ficción.
Fuente: ABC.es
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