miércoles, 7 de febrero de 2018

El Falcon Heavy surca los cielos
por Daniel Marín



Hoy 6 de febrero de 2018 es un día histórico. Hemos tardado seis años en llegar hasta aquí, pero la espera ha valido la pena. SpaceX ha lanzado al fin el Falcon Heavy, el cohete más potente en servicio. Y, lo más increíble, lo ha lanzado con éxito. Con casi 63 toneladas de capacidad de carga en órbita baja se trata además del mayor lanzador que surca los cielos desde el último despegue del cohete soviético Energía en 1988, un vehículo que podía llevar hasta cien toneladas. Para que nos hagamos una idea del potencial del Falcon Heavy, el siguiente vector en servicio más potente es el Delta IV Heavy de la empresa ULA, que puede lanzar unas 29 toneladas a la orbita baja. O sea, menos de la mitad. De golpe hoy la humanidad ha visto doblada su capacidad de lanzar carga al espacio.


El Falcon Heavy surca los cielos (John Kraus).

El logro ha sido todavía más espectacular porque se han recuperado los tres bloques de la primera etapa. Tras el despegue desde la mítica rampa 39A del Centro Espacial Kennedy —la misma usada por las misiones Apolo y el transbordador espacial— a las 20:45 UTC las dos etapas laterales se separaron y regresaron a tierra, aterrizando al unísono en las dos plataformas LZ-1 y LZ-2 de la contigua Base Aérea de Cabo Cañaveral y dejando de paso una estampa propia de película de ciencia ficción.


Las dos etapas laterales aterrizando al mismo tiempo en la zona LZ-1 y LZ-2 de Cabo Cañaveral (SpaceX).

Inspeccionando las etapas después del aterrizaje (SpaceX).



La etapa central intentó aterrizar en la barcaza autónoma Of Course I Still Love Yousituada frente a las costas de Florida solo 21 segundos más tarde, pero no lo logró y se estrelló contra la superficie del océano a casi 500 km/h. Ocho minutos después, y tras un funcionamiento impecable de la segunda etapa, la no menos espectacular carga útil de esta misión de prueba ya estaba en órbita acoplada a la segunda etapa. La carga era nada más y nada menos que el coche Tesla Roadster del propio Elon Musk, eso sí, modificado para que no le afecte la exposición al vacío del espacio. Pilotando el Roadster estaba un maniquí bautizado como Starman que iba equipado con el traje de presión que la empresa planea usar en la nave tripulada Dragon 2. A bordo del Tesla viajan varios objetos emblemáticos, incluyendo un disco con la colección de las obras de Isaac Asimov.


El Tesla Roadster con Starman antes del lanzamiento (SpaceX).

Si las imágenes de las dos etapas aterrizando al mismo tiempo son alucinantes, las de Starman en órbita con la Tierra al fondo son simplemente increíbles, en el sentido literal. Porque si alguien me hubiera dicho hace seis años que veríamos algo así no me lo hubiese creído. El Roadster acoplado a la segunda etapa fue situado originalmente en una órbita elíptica de 180 x 6.951 kilómetros de altura. Cinco horas y media después la segunda etapa se encendió por tercera vez para situar la carga en una trayectoria de escape.


Increíble (SpaceX).

Starman contempla la Tierra (SpaceX).

Starman en el Roadster (SpaceX).

Originalmente estaba previsto que el coche quedase en una órbita solar con afelio en la órbita de Marte (aunque en ningún momento pasaría cerca del planeta rojo), pero finalmente el punto más lejano de la órbita estará en el cinturón de asteroides. Es la primera vez que SpaceX intenta mandar un objeto en una trayectoria interplanetaria. De paso, SpaceX ha ensayado la inserción directa en órbita geoestacionaria usando tres encendidos de la tercera etapa, con un tiempo de espera entre la segunda y la tercera ignición de casi seis horas. El Roadster es, obviamente, un objeto inerte sin capacidad de cambiar su órbita o comunicarse con la Tierra, pero continuará dando vueltas alrededor del Sol durante millones de años.


Secuencia de la misión del Falcon Heavy (SpaceX).


Órbita solar del Roadster (SpaceX).

Las etapas laterales B1023 y B1025, de tipo Block 2, habían volado previamente para poner en órbita los satélites Thaicomm 8 y Dragon SpX-9, respectivamente, así que esta era su segunda misión. La etapa central B1033, Block 3, es completamente nueva como no podía ser de otra forma, ya que ha sido preciso modificar el diseño de esta etapa para soportar las tensiones adicionales de tener dos etapas a cada lado. Las etapas laterales llevaban rejillas aerodinámicas de control de titanio similares a las que se usarán en la versión Block 5, mientras que la central tenía rejillas de aluminio convencionales. Durante el lanzamiento hemos contemplado la ignición de nada más y nada menos que 27 motores Merlin 1D al mismo tiempo, un número que rivaliza con los 30 motores NK-15 del malogrado cohete lunar N1 que efectuó cuatro vuelos fallidos entre 1969 y 1972. En capacidad de carga el Falcon Heavy es el cuarto cohete más potente que jamás se haya construido detrás del Saturno V, el N1 y el Energía.


Los 27 motores Merlin 1D del Falcon Heavy (SpaceX).


El Falcon Heavy en el hangar de la rampa 39A (SpaceX).


Despegue del Falcon Heavy (John Kraus).


Despegue (SpaceX).


La potencia de 2.130 toneladas de empuje gracias a 27 motores Merlin 1D (Brady Kenniston).


Ahora muchos se preguntan qué papel está destinado a jugar esta impresionante máquina. Y es una buena pregunta, porque paradójicamente el Falcon Heavy tiene los días contados. Efectivamente, SpaceX planea sustituir a lo largo de la próxima década el Falcon 9 y el Falcon Heavy por su lanzador superpesado reutilizable BFR, con capacidad para colocar 150 toneladas en órbita baja. Por otro lado, las misiones más llamativas que iban a usar el Falcon Heavy se han cancelado. Me refiero a la cápsula no tripulada Red Dragon y a los vuelos turísticos alrededor de la Luna usando una Dragon 2 modificada. La Red Dragon fue cancelada tras eliminar la opción de llevar a cabo aterrizajes retropropulsados mediante la cápsula Dragon 2 por instancias de la NASA. Y recientemente SpaceX anunciaba por sorpresa que renuncia a efectuar misiones tripuladas alrededor de la Luna usando la Dragon 2 y el Falcon Heavy, ya que prefiere esperar a la introducción del BFR.


Cohetes de SpaceX (SpaceX).


Emblema de la misión (SpaceX).

Don’t Panic (SpaceX).


Un detalle del Roadster (SpaceX).

Secuencia de eventos de la misión (SpaceX).

Pero aunque las opciones de futuro de este lanzador sean limitadas, para SpaceX su introducción supone un paso fundamental en su estrategia comercial. El Falcon Heavy le permitirá a SpaceX poner en órbita incluso los satélites geoestacionarios más pesados que existen actualmente sin tener que desechar las primeras etapas. Y con un coste de tan solo 90 millones de dólares por lanzamiento. Mañana ya veremos qué pasa. Hoy es tiempo de felicitar a SpaceX por un éxito apabullante… y de soñar despiertos.


Detalle del adaptador del Roadster (SpaceX).


Cuanta cofia desaprovechada (SpaceX).

Otra vista de la “carga inútil” (SpaceX).


El cohete en la rampa (TeslaRati).

Esperando el día (SpaceX).


Poco antes del lanzamiento (SpaceX).

Comparando el tamaño con seres humanos al lado (TeslaRati).

Todo listo (SpaceX).

Zonas de aterrizaje LZ-1 y LZ-2 (SpaceX).


Lanzamiento (SpaceX).


Despegue (SpaceX).



Fuente:  danielmarin.naukas.com

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