miércoles, 6 de junio de 2018

El choque contra la Tierra del pequeño asteroide 2018 LA
por Daniel Marín



El 2 de junio de 2018 a las 09:32 UTC el sistema solar volvió a demostrarnos que, a pesar de las apariencias, es un lugar peligroso para el ser humano. A esa hora un pequeño asteroide de entre dos y cinco metros de diámetro entraba en la atmósfera terrestre a 17 km/s (61.200 km/h). Debido a su pequeño tamaño y composición la roca espacial no llegó al suelo de una pieza y explotó sobre el cielo de Botswana con una fuerza de entre 0,3 y 0,5 kilotones. Los testigos dicen haber escuchado varias explosiones y en los vídeos nocturnos de la zona de caída se puede ver una bola de fuego realmente espectacular. Lo interesante del caso es que 2018 LA solo había sido detectado siete horas antes por Richard Kowalski con el telescopio de 1,5 metros del Mount Lemmon Survey situado en Arizona, un instrumento que a su vez forma parte del Catalina Sky Survey.


Trayectoria de 2018 LA (Tom Ruen).


2018 LA es —o mejor dicho, era— un minúsculo asteroide cercano (NEO) perteneciente al grupo Apolo, un tipo de cuerpos menores que cruza la órbita de la Tierra (en este caso de forma más que evidente). El famoso meteoro de Chelyábinsk que el 15 de febrero de 2013 cayó sobre Rusia sin previo aviso provocando heridas a más de mil personas también era un asteroide de este grupo, aunque su tamaño era un poco mayor: unos veinte metros. Es altamente probable que varios trozos de 2018 LA hayan caído al suelo como meteoritos y sin duda ya habrá gente que esté buscándolos para el bien de la ciencia o de sus bolsillos.


Las imágenes del descubrimiento de 2018 LA (Catalina Sky Survey/University of Arizona/NASA).

Es la tercera vez en la historia que se detecta un asteroide cercano pocas horas antes de que choque con la Tierra. Los otros dos casos han sido 2008 TC3 y 2014 AA. 2008 TC3 era un asteroide de cuatro metros que fue detectado 19 horas antes de caer sobre Sudán en 2008, dejando un rastro de más de seiscientos meteoritos. 2014 AA fue descubierto 21 horas antes de coincidir en el mismo lugar del espacio con nuestro planeta y cayó sobre el océano Atlántico frente a las costas de Brasil, así que no se ha podido recuperar ningún fragmento. Lo más sorprendente es que 2008 TC3, 2014 AA y, ahora, 2018 LA han sido todos descubiertos por Richard Kowalski desde Arizona, alguien que se ha ganado a pulso el título de «guardián de la Tierra» (o algo por el estilo).


Otra vista de la trayectoria del pequeño asteroide (JPL/NASA).

Estimación de la trayectoria y el lugar del impacto (ProjectPluto.com).

Zona de la entrada atmosférica (Tom Ruen).

Gracias al seguimiento por parte de varios observatorios después del descubrimiento se pudo calcular la órbita del asteroide y estimar la zona de impacto, situada entre Sudáfrica y Botswana. Si el asteroide hubiese sido más grande podría haberse detectado con más antelación, pero si se hubiera aproximado a nuestro planeta por el lado diurno habría chocado por sorpresa, como fue el caso del asteroide de Chelyábinsk. 2018 LA demuestra claramente por qué necesitamos un sistema de alerta temprana de asteroides, es decir, un observatorio espacial situado a bastante distancia de la Tierra que pueda detectar objetos similares incluso si se acercan con el Sol por detrás. Cierto es que existen otros desastres naturales que pueden producir más víctimas a lo largo de nuestras cortas vidas, pero por el momento no somos capaces de predecir exactamente cuándo y dónde va a tener lugar un terremoto o una erupción volcánica. Sin embargo sí que podemos determinar con total exactitud cuando va a chocar un asteroide contra la Tierra. Eso sí, siempre y cuando lo detectemos primero.



Fuente:  danielmarin.naukas.com

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