El punto exacto donde estaba el ARA San Juan
La zona de búsqueda era la prevista de acuerdo con el último contacto hace un año.
"Estamos a la espera de recibir imágenes para que se puedan difundir", dijo el vocero de la Armada, Rodolfo Ramallo a la señal TN mientras confirmaba que se trata del ARA San Juan.
"Con las imagenes podremos dilucidar cómo se encontraba el submarino", afirmó Ramallo, mientras explicó cómo era el trabajo en el buque de búsqueda que recorría y clasificaba los puntos de interés en donde podría haber indicios.
"El buque había cumplido los 60 días operativos, pero decidió, antes de partir hacia Sudáfrica hacer un recorrido en este punto de interés, al este del Comodoro Rivadavia. El buque estaba investigando más al norte y ahí se dio el cumplimiento de los 60 días operativos. Y este punto estaba en el área 1 en donde la Armada dijo que se había producido la última comunicación del submarino".
"Los 60 días operativos, no eran 60 días calendario, porque se descontaban los traslados para carga y descarga y esos 60 días habian finalizado en el día de ayer, pero la empresa continuaba trabajando debido al gran volumen de información que tenían que descargar".
"El buque no se estaba retirando, estaba trabajando", confirmó Ramallo.
ARA San Juan: “La Armada es nefasta”, aseguró la esposa de una de las víctimas
Es Itatí Leguizamón, pareja del sonarista Germán Oscar Suárez. Contó que se enteró de la aparición por la tele, esta madrugada, antes de irse a dormir.
Itatí Leguizamón, esposa de uno de los 44 tripulantes del Submarino ARA San Juan, criticó duramente a la Armada.
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La noticia del hallazgo del Submarino ARA San Juan impactó fuertemente en distintos ámbitos, pero sobre todo entre los familiares de los 44 tripulantes. Una de ellos, Itatí Leguizamón, la esposa de uno de los sonaristas, contó que se enteró de la aparición porque lo vio en la televisión y criticó duramente a la Armada. "Es una institución nefasta. Son malas personas", aseguró.
"Una institución muy nefasta es la Armada. Son muy malas personas. Al menos con lo que hicieron conmigo se muestra la falta de humanidad que tienen", afirmó Leguizamón este sábado a la madrugada en una entrevista en Radio La Red, minutos después de que se confirmara que habían encontrado el casco del submarino. "Ni siquiera me dieron lo de la mudanza, que es su obligación como institución. La verdad que gracias a Dios lo encontraron y yo cierro el vínculo que tengo con ellos", sostuvo la mujer.
Germán Oscar Suárez, sonarista del ARA San Juan, y su esposa Itatí Leguizamón.
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Leguizamón es la viuda del sonarista Germán Oscar Suárez, que tenía 29 años cuando el submarino explotó. Para ese entonces, ellos llevaban casi dos años de casados. Este 5 de diciembre era su aniversario. Habrían cumplido tres. Durante los primeros días de búsqueda en 2017, fue una de las familiares que se animó a contar que ya había habido problemas previos con la nave: recordó un incidente en 2014 en el que, sostuvo, la tripulación llegó a despedirse entre sí.
"Mi duelo empezó el día que dijeron que explotó, el 22 de noviembre de 2017. Ahí hice la misa e hicimos el velorio simbólico con una foto de él junto a mi familia. Para nosotros no había ni una duda de que estaba muerto. Ahora veo esto y me da alivio no seguir escuchando noticias sobre el submarino y que se sepa para el resto de las familias. Pero yo no guardaba esperanzas", expresó.
También explicó que la relación entre las distintas familias de las víctimas no fue fácil durante este año de búsqueda. "Salí del grupo de Whatsapp de las familias en febrero o marzo. Porque con toda la incertidumbre de hasta hace unos momentos, se peleaban entre ellos, había mucho conflicto y yo no quería más problemas. Me cambié de ciudad y me desconecté de todo eso, del acampe, del movimiento, de la lucha y las manifestaciones. Decidí continuar con una vida medianamente normal, dentro de lo que podía. Ver una noticia, un hallazgo, una ilusión que podía ser y no era: eso todos los días me mataba un poco. Era volver a angustiarme. Ahora por fin lo encontraron y voy a dejar de sufrir", afirmó.
Los restos del submarino ARA San Juan, hallado en el Atlántico a unos 500 kilómetros de la ciudad patagónica de Comodoro Rivadavia.
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La aparición del submarino se confirmó a primera hora de este sábado. Fue hallado por la empresa norteamericana Ocean Infinity, que lo estaba buscando en el Océano Atlántico. La nave está 800 metros de profundidad y a unos 500 kilómetros de la ciudad de Comodoro Rivadavia.
Según las primeras informaciones, confirmadas casi de inmediato por la Armada y el Gobierno, se encuentra “achatada en la proa”. Fue localizada en el mismo lugar donde hace un año había tenido lugar una “falla hidroacústica”.
Dudas sobre el derrotero que hizo el Seabed para buscar al Submarino San Juan
Dejó para lo último una pista encontrada por un buque chileno y antes pasó por zonas de la plataforma en que se busca petróleo.
por Daniel Santoro
Las zonas de búsqueda y el derrotero que debía seguir el ARA San Juan hacia Mar del Plata (marcado en azul, como AVISS), en un plano del ministerio de Defensa.
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Hasta ahora es una incógnita los motivos por los cuales el derrotero del noruego “Sea Bed” empezó por otras áreas y no por la que había recomendado las armadas de EE.UU., Gran Bretaña y Chile durante el enorme operativo internacional de búsqueda de noviembre del año pasado y que ahora podría ser la tumba marina del San Juan. Más allá de si se confirma que el nuevo punto de contacto es o no el submarino San Juan, la forma en que se buscó abre una serie de interrogantes que se preguntan los expertos submarinistas: ¿Por que los observadores de la Armada y de los familiares embarcados en el Seabed no tenían acceso al cuarto de procesamiento ni a las imágenes crudas que mandaban los minisubmarinos? ¿Por qué el Seabed empezó su primera etapa de la búsqueda, que duró dos meses, con las áreas no prioritarias fijadas en el operativo internacional?
¿Por qué se buscó recién ahora en la zona que la Armada ya había indicado en noviembre de 2017 como la más probable para encontrarlo?, ¿por qué se mandaron medios a zonas de las que se sabía que, por estudios de cinemática, era imposible que el San Juan estuviera?, ¿por qué se tomaron los indicios de supuestos ruidos de golpes en el casco como válidos o probables cuando toda la evidencia técnica sustentaba sus descarte como puntos de contacto?, ¿según el contrato, la empresa Ocean Infinity podrá hacer uso de toda la información estratégica del lecho marino argentino que juntó en estos días? Y la última duda: ¿se esperó buscar en esta área para llegar cerca de la fecha del primer aniversario y así tener más impacto?
Una de las respuestas a estos interrogantes quizás tenga que ver con el hecho de que los altos oficiales que dirigieron el operativo internacional de búsqueda con más de 25 embarcaciones fueron removidos de sus cargos por la feroz interna de la Armada. Otra respuesta es que el 6 de noviembre el Gobierno lanzó una licitación para la búsqueda de petróleo y gas en el mar argentino y hay 20 multinacionales interesadas. Algunas de las áreas a licitar coinciden con las áreas rastreadas para buscar el San Juan.
Fuentes militares explicaron a Clarín que el hipotético hallazgo está en el sitio llamado “1 área 15A-4” a pocas millas del originalmente llamado “punto dato Cabo de Hornos 1” en referencia al buque científico chileno que registró los primeros contactos en noviembre de 2017 y del último mensaje radial que había enviado el San Juan antes de desaparecer.
En base a esos datos del Cabo de Hornos y otros en noviembre de 2017, oficiales de la Armada Argentina encargados de la búsqueda habían recomendado aceptar un robot minisubmarino ofrecido por Gran Bretaña pero por motivos que se desconoce el entonces jefe de la marina de guerra, almirante Marcelo Srur, desechó la posibilidad. Clarín publicó el 13 de septiembre pasado documentos secretos que muestran que existió una recomendación norteamericana, de noviembre de 2017, para centralizar la búsqueda en esa área.
La empresa Ocean Infinity, propietaria de ese buque noruego de alta tecnología, antes de iniciar este nuevo operativo tuvo a su disposición los indicios recabados en la búsqueda multinacional realizada el año pasado y chequeó estos datos con Bruce Rule, el experto norteamericano que encontró al submarino USS Scorpion en 1968 y que hizo un informe clave sobre la forma que habría implosionado el San Juan. Pero decidió por cuenta propia cómo buscar, informó la Armada.
La presunción de que el submarino se hallaría en el área que rastreó el buque chileno Cabo de Hornos estaba basada en varios indicios. Por ejemplo, los contactos sonoros registrados por el Cabo de Hornos que tenía el sonar más apto para esas profundidades. Las fuentes basaban su hipótesis en que en ese punto de la plataforma, ubicado frente a Comodoro Rivadavia, hay un “cañadón submarino con profundidades de más de 800 metros y la presencia de gran cantidad de formaciones rocosas que pudieron enmascarar los restos del San Juan cuando se bajó un ROV (robot)”.
Suponen que al irse a pique la embarcación, tras la implosión de 5 mil kilos de TNT, fue parcialmente tapada por rocas. También, se basan en lo que se llama coherencia cinemática –el movimiento de los objetos- con el punto estimado que se encontraba el buque a la hora de la explosión (10.52) del 15 de noviembre del año pasado, en medio de una fuerte tormenta. Las fuentes estimaron que haciendo cálculos el San Juan a esa hora había tenido “un rumbo entre 015 y 020, y velocidad apenas por debajo de cinco nudos desde la última comunicación” con la base de submarinos de Mar del Plata.
El problema en noviembre del año pasado fue que un ROV usado en esa área bajó “de manera recta”, en contraposición a los AUV de Ocean Infinity que permiten barrer completamente una zona, para poder diferenciar con precisión objetos metálicos entre las rocas del cañadón submarino. Luego llegó el buque ARA Austral, que analizó la información cruda que recogieron otros buques participantes, “principalmente el rendimiento de cada uno de los sensores analizados y se concentró en la formación de ese cañón submarino”.
Ante esta situación, la armada británica ofreció trasladar un UUV–que es la sigla en inglés de un vehículo submarino autónomo que viaja bajo el agua sin requerir la intervención de un operador- desde Gran Bretaña hasta Malvinas, para operar luego a bordo del buque de guerra HMS Protector. El 5 de diciembre envió a Buenos Aires el ofrecimiento y la necesidad de hacerlo recién luego de recibir “un pedido formal del Gobierno argentino”. Se trata de un tema sensible por el conflicto por las Malvinas pero se estaba ante una crisis humanitaria en alta mar. Pero “este pedido nunca fue contestado a Gran Bretaña”, afirmaron las fuentes. Y el ministro de Defensa, Oscar Aguad, tampoco se enteró de la oferta. Así, ese vehículo que era fundamental para comprobar si el contacto metálico localizado era o no el San Juan, nunca llegó. Y ayer, López Mazzeo declaró, como testigo, durante cinco horas ante la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yañez, quien investiga si hubo negligencia en la búsqueda del San Juan.
Fuente: elsol.com.ar y clarin.com
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