Los planes chinos para mandar un ser humano a la Luna
por Daniel Marín
Los planes chinos para llevar misiones tripuladas a la Luna son un rumor constante desde hace más de una década, pero lo cierto es que oficialmente las intenciones del gigante asiático en este campo son contradictorias y muy vagas. Pero esto puede estar cambiando. En la reciente exhibición aeroespacial de Zhuhai pudimos ver más detalles sobre las intenciones lunares de China, aunque primero debemos recordar que los planes oficiales en materia de vuelos espaciales tripulados pasan por la estación espacial permanente de sesenta toneladas que estará completada a partir de 2022. Esta estación —apodada como «la Mir china»— estará habitada permanentemente durante al menos una década por entre tres y seis astronautas que viajarán a bordo de naves Shenzhou y recibirá la visita de cargueros Tianzhou.
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La nueva nave tripulada china en su versión de 14 toneladas para misiones a LEO.
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Y aquí es donde aparece la nave tripulada de nueva generación (o, en mandarín, 新一代载人飞船). En 2016 China lanzó un modelo a escala de esta nave en el primer vuelo del cohete Larga Marcha CZ-7 y, recientemente, las autoridades anunciaron que el año que viene realizará el primer vuelo, aunque sin tripulación. En esta misión se usará un cohete Larga Marcha CZ-5B, el mismo encargado de lanzar los tres módulos principales de la estación espacial china. La nave de nueva generación vendrá en dos versiones, una de 14 toneladas destinada a vuelos a la órbita baja y otra de 20 toneladas para misiones lunares o más allá de la órbita terrestre. En la exposición de Zhuhai hemos podido ver nuevas imágenes de esta nave, aunque sigue sin haber muchos detalles técnicos disponibles.
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Las dos versiones de la futura nave tripulada china. Arriba, la de 14 toneladas para vuelos a LEO y abajo la de 20 toneladas para misiones lunares (Wanyzhh/https://newsflash.one). |
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La versión de 14 toneladas para misiones a LEO.
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La nueva nave también se acoplará con la estación espacial china (Wanyzhh).
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Como ya sabíamos, la nave tendrá dos módulos, una cápsula cónica de tipo tradicional con un diseño parecido a las naves Apolo o Federatsia —que se distancia de la forma de campana de la cápsula de la Shenzhou— y un módulo de servicio con dos paneles solares. Aparentemente, la cápsula es más pequeña que la Orión estadounidense o la Federatsia rusa y se asemeja más a la Dragon 2 de SpaceX, aunque usará un sistema de escape convencional en forma de torre de escape como la Shenzhou. La cápsula llevará en la parte frontal un sistema de acoplamiento andrógino derivado del APAS ruso como el que llevan las naves Shenzhou y Tianzhou. El módulo de servicio vendrá en dos variantes —obviamente la versión lunar de 20 toneladas es más largo— y dispondrá de cuatro motores.
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Tamaño de la nueva nave tripulada china comparada con otros vehículos (Wanyzhh).
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Lanzamiento de la nave mediante un CZ-7.
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Separación de la cápsula.
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En principio la versión de 14 toneladas será lanzada mediante el Larga Marcha CZ-7 y la de 20 con el CZ-5B, pero China está desarrollando el lanzador gigante CZ-9, que debe debutar en 2028, dos años antes de lo previsto. El Larga Marcha CZ-9 tendrá 93 metros de altura, un diámetro de 10 metros y su masa al lanzamiento será de 4.000 toneladas. Una de sus primeras misiones será lanzar la sonda de retorno de muestras de Marte. El diseño general del gigante no ha cambiado y vendrá en tres versiones, una con cuatro aceleradores y capacidad para colocar 140 toneladas en órbita baja, otra con dos aceleradores y una capacidad alrededor de 100 toneladas y una sin aceleradores que podrá situar 50 toneladas aproximadamente. Según los planes preliminares, se suponía que las misiones tripuladas a la Luna seguirían el siguiente esquema: primero se lanzaría un CZ-9 con el módulo lunar y la etapa translunar y luego un CZ-5B con la nave de nueva generación en versión de 20 toneladas que se acoplaría con el conjunto en órbita baja antes de partir rumbo a la Luna. La primera misión a la Luna no tendría lugar antes de 2030.
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Nuevos cohetes (a la derecha) que se usarán para lanzar a la nueva nave tripulada. La capacidad máxima en LEO de los nuevos vehículos será de 70 toneladas.
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Otra vista del nuevo cohete (CASC).
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No obstante, en los últimos meses China ha anunciado que usará un nuevo lanzador, que por ahora no ha recibido ningún nombre, para poner en órbita la nave de nueva generación. Este futuro lanzador tendrá una altura de 90 metros, una masa de 2.000 toneladas al lanzamiento y un bloque central con un diámetro de cinco metros, o sea, similar al CZ-5, pero con el doble de altura. Este nuevo cohete vendrá en dos versiones y quizá incorpore tecnologías que permitan su reutilización. Una variante será de dos etapas, con una primera etapa dotada de siete motores y una segunda con un único motor, mientras que la otra, más pesada, tendrá tres etapas. Esta versión llevará dos bloques laterales, por lo que tendrá un total de 21 motores que entrarán en ignición al lanzamiento. Las prestaciones de este nuevo lanzador no están muy claras, pero se supone que la versión con dos aceleradores será capaz de situar 70 toneladas en órbita baja y 25 toneladas a la Luna. Es decir, será capaz de mandar una nave tripulada de nueva generación hacia nuestro satélite sin necesidad de acoplamientos en órbita baja y sin tener que usar el CZ-9.
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Planes lunares chinos usando el nuevo cohete y la nueva nave tripulada (Wanyzhh).
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Este nuevo lanzador, que tecnológicamente representa un paso intermedio entre el actual CZ-5 y el ambicioso CZ-9, abre nuevas posibilidades a la hora de llevar a cabo misiones lunares. Con el nuevo lanzador China podrá enviar a nuestro satélite la nave de nueva generación sin lanzamientos adicionales. El nuevo cohete permitirá hacer realidad misiones a la órbita lunar antes de que el gigantesco CZ-9 esté listo, e incluso es posible que sirva para realizar misiones a la superficie mediante varios lanzamientos, lo que constituye un «plan B» muy robusto por si el CZ-9 es cancelado o sufre retrasos. Los nuevos planes, que no sabemos hasta qué punto cuentan con apoyo oficial o son simple powerpointismo, incluyen la creación de una estación en órbita lunar antes o al mismo tiempo que las misiones a la superficie. Sí, como lo oyen: nada más y nada menos que una copia china de la estación lunar Gateway de la NASA. Como siempre, la clave es saber hasta qué punto la cúpula política china apoya un programa lunar tripulado. Pero lo que sí está claro es que los planes tripulados chinos a finales de la próxima década pasan por la Luna. Al menos por su órbita.
Fuente: danielmarin.naukas.com
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