viernes, 17 de mayo de 2019

Cómo Estados Unidos ayudó a la Argentina durante la Guerra de Malvinas
A mediados de abril, con las islas ya recuperadas, el país pidió, a través de la NASA, que se tomaran imágenes satelitales del archipiélago. Por qué el gobierno norteamericano finalmente colaboró y para qué se utilizó el material obtenido.
Por Mariano Sciaroni




El día 30 de abril, Estados Unidos consideró fracasadas las negociaciones para evitar una guerra, culpó a Argentina por ello y, en una conferencia llevada a cabo en Washington a las 11:30, el hasta entonces mediador estadounidense, General Alexander Haig señaló, entre otras cosas, que "Estados Unidos responderá positivamente a los requerimientos de material para las fuerzas británicas".

Peor aún, para el mismo momento, Estados Unidos bloqueaba pedidos argentinos de equipos militares y repuestos por USD 3.209.000 que ya se encontraban pagos.

Esto es, ese día Estados Unidos dejaba su papel de aparente mediador imparcial y reconocía en forma abierta su alianza con Gran Bretaña. Y, al día siguiente, un avión británico Avro Vulcan bombardeaba la Base Aérea Militar Malvinas.

Sin embargo, es muy poco conocido que, casi sin quererlo, el gobierno norteamericano ayudó a las fuerzas armadas argentinas.

El programa LANDSAT y Argentina

Es que ese país suministró vital información satelital a Argentina, principalmente a través del sistema satelital LANDSAT.

El programa LANDSAT (por LAND=tierra y SAT=satélite) había sido iniciado en el año 1966 y para 1972 la NASA (el organismo espacial de Estados Unidos había ya puesto el primer satélite (LANDSAT 1) en órbita.

Posteriormente (en el año 1979) el programa pasó al NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), una agencia científica que depende del Departamento de Comercio y, por ende, forma parte del Poder Ejecutivo del gobierno norteamericano.

Argentina había ingresado a la tecnología LANDSAT a través de un memorando de entendimiento de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales de Argentina (CNIE) y la NASA, que entró en vigor el 7 de octubre de 1976.

Mediante el mismo, Argentina se comprometía, entre otras cosas, a construir y operar la estación terrena de Mar Chiquita (en la Provincia de Buenos Aires – hoy desactivada), que tendría acceso directo a imágenes proporcionadas por los sensores satelitales. Sin embargo, quedaba claro que el control directo de los satélites seguía siendo del gobierno norteamericano.

Para marzo de 1982, se encontraba activo el LANDSAT 3, ya que el LANDSAT 2 había salido de servicio en febrero de ese año y el 4 recién se lanzaría el 16 de julio

El mismo, a 912 kilómetros de altura y en órbita heliosincrónica, hacía una pasada por el mismo lugar cada 18 días, con un movimiento de Este a Oeste y, a la latitud de Malvinas, existía una diferencia de 100 kilómetros entre pasadas.

A mediados de abril, con las islas ya recuperadas, llegó a través de la NASA un requerimiento argentino (por los canales de rutina) para que el satélite tomara imágenes de las Islas Malvinas y el mar circundante en sus pasadas de los días 21 a 23 de abril, pedido que fue girado al Departamento de Estado el 15 de abril y rápidamente informado a la embajada británica, teniendo en cuenta que el satélite debía ser programado para captar las imágenes. También fue girado a la Casa Blanca, que lo trató el 17, en su reunión vespertina en la Sala de Situación.

Se dejó constancia que "Argentina, que es suscriptor del proyecto LANDSAT ha efectuado un requerimiento a los Estados Unidos para que el satélite fotográfico LANDSAT cubra a las Islas Malvinas el 21 al 23 de abril. El satélite está diseñado para no proporcionar información con valor militar y produce fotografías de muy baja resolución (80 metros)… Dudamos que Argentina pueda obtener información militar de valor en esta ocasión".

En efecto, el sensor MSS del satélite estaba limitado a 80 metros de resolución máxima, lo que proporcionaba imágenes de baja calidad. Para peor, se encontraba con ciertos problemas luego del lanzamiento, lo que empobrecía aún más el resultado final. Sin embargo, aún dichas imágenes difusas preocupaban a los aliados.


Satélite LANDSAT 3 previo al lanzamiento (NASA)

Llamadas nocturnas a la embajada británica

El mismo 17 a la noche, Lawrence Eagleburger (Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos y número tres de la Secretaría de Estado) llamó por teléfono a Nicholas Henderson (el embajador británico en Washington), indicándole que era un problema que la noticia se hubiera filtrado a las cadenas televisivas estadounidenses, y que eso podía afectar las relaciones entre los países. Es decir, no estaba bien visto que Estados Unidos ayudara a Argentina en sus esfuerzos de reconocimiento.

Por ello, Eagleburger le indicó que se había convenido que el Departamento de Estado negaría a la prensa cualquier ayuda a Argentina y que, si era presionado el vocero con repreguntas, debería decir que Argentina (como el Reino Unido), participaban en un programa civil satelital y que, otras inquietudes deberían ser efectuadas directamente a la NASA.

Cínicamente, ya estaba preparada la respuesta que la NASA debía dar, la cual consistía en informar: a) Las características del programa satelital, b) Indicar que se había recibido un requerimiento de Argentina y c) Señalar que se cumpliría. Asimismo, debía ponerse énfasis en que era un programa civil, sin valor militar alguno.

Asimismo, le volvió a indicar que no existiría información alguna de interés para los argentinos pero que, a todo evento "a la NASA no se le permitiría cumplir con ningún otro requerimiento argentino" en dicha área.

Paradójicamente, pocos días antes, Gran Bretaña había pedido imágenes LANDSAT de toda la costa continental argentina, pedido que no generó ningún tipo de problema en los norteamericanos.

Finalmente, teniendo en cuenta la baja resolución del sensor y la demora en la entrega del material tomado (tardaba algunos días en procesarse, aún cuando era bajado casi inmediatamente), además, que se consideraba que las imágenes no podrían afectar la seguridad de la Fuerza de Tareas Británica (que se encontraba a mucha distancia de las islas), el satélite tomó las nueve imágenes programadas.

Pero, de todas las imágenes tomadas por el satélite, solo fueron registradas dos por la estación de Mar Chiquita, una para la pasada del día 22 y otra para el subsiguiente (que tomaban las islas en sí), lo que indica que no se permitió que se pudiera analizar con el satélite el Océano Atlántico Sur. Las imágenes "conflictivas", vale decir, seguían vedadas al público a finales de 1982, como si nunca se hubieran tomado.

Hay que volver a recordar que todo esto sucedió durante el mes de abril, cuando Estados Unidos todavía cumplía su rol de mediador "imparcial".


Islas Malvinas, República Argentina. Imagen de LANDSAT, pasada del 23 de abril de 1982 (USGS)

Otro nuevo pedido. Hay que decir que el satélite se rompió

Asimismo, el día 22 de abril a la noche, llegó otro pedido argentino para obtener, ahora, imágenes LANDSAT de las Georgias del Sur, del 24 al 25 de abril, así como también su mar circundante el 26.

A poco de ello, Eagleburger habló con la embajada británica y, con el conocimiento y aprobación de Haig, se decidió que se negaría a Argentina el acceso a las imágenes (las cuales el satélite, para ese momento, ya estaba tomando), invocando "problemas técnicos", más aún en un momento en que Gran Bretaña se estaba aprestando para re-invadir las islas, contando ya con presencia naval en sus cercanías. A todo evento, existía un total cubrimiento de nubes, por lo cual la utilidad de las imágenes habría sido nula o extremadamente limitada.

El último pedido argentino fue el día 5 de mayo, para imágenes de las mismas Islas Malvinas del 7 al 12.

Si bien los británicos nuevamente fueron informados y presionaron para que se les negaran, alegando que los argentinos solamente querían obtener datos de inteligencia con dichas imágenes las mismas fueron tomadas y se dejó que fueran bajadas en Mar Chiquita.

Recién el 12 le comunicaron a Henderson "con cierta vergüenza" que, esta vez (por única y última vez) habían cumplido en tiempo forma con el memorando de entendimiento. Como una paradoja, la única vez que cumplieron con Argentina fue cuando ya se habían volcado abiertamente hacia Inglaterra.

Lamentablemente, las imágenes mostraban solo una espesa capa nubosa sobre las islas, como poco después pudieron comprobar los británicos.

Podría decirse entonces, y con todo lo aquí dicho, que la NASA ayudó con información satelital a Argentina (aún cuando a regañadientes y no con el alcance que debía haberlo hecho, amén que informó y compartió con el Reino Unido todo lo obtenido). Pero es que estaban obligados a hacerlo.


Islas Georgias del Sur, República Argentina. Imagen de LANDSAT, pasada del 11 de mayo de 1982. La cobertura de nubes impide ver las islas. (USGS)

Según el memorando de entendimiento entre Argentina y Estados Unidos, en vigencia para el conflicto de 1982 (suscripto en Buenos Aires el 6 de abril de 1981), la NASA estaba obligada "a programar" los sensores del satélite para cubrir el área de la estación terrena (lo cual, para Mar Chiquita implicaba un enorme área de Latinoamérica y los Océanos Atlántico y Pacífico Sur), así como a transmitir los datos obtenidos "directamente a la estación" (parágrafo 2 a del memorando).

Ello no era gratis, sino que se convino (entre otras obligaciones para Argentina) un precio de US$ 200.000 al año, que podría incrementarse a lo largo de los años.

Más allá de las obligaciones legales (que, como se vio no se respetaron plenamente), lo cierto es que negar la información satelital a Argentina hubiera implicado reconocer que el programa LANDSAT tenía alguna utilidad militar, lo que podría provocar que los países prohibieran las fotografías de sus territorios. Por ello Estados Unidos permitió que ciertas imágenes fueran obtenidas finalmente por Argentina.

¿Qué hicimos con las imágenes del satélite?

Es interesante analizar qué información se obtuvo de dichas imágenes las cuales, hay que repetir, para el sensor MSS implicaban una resolución máxima de 80 metros.

Si bien, mayormente, se indicó que no tenían valor para el reconocimiento militar (claramente, por ser las imágenes que tomaba del espectro visible e infrarrojo de baja resolución geométrica, temporal y radiométrica), análisis profundos del Ministerio de Defensa británico llegaron a la conclusión que, en optimas circunstancias (es decir, sin nubosidad), el sensor MSS (multiespectral) podría llegar a detectar barcos.

Sin embargo, en Argentina se descartaba "la posibilidad de ubicar naves individuales aunque sean de gran tamaño" y "la posibilidad de ubicar grupos de naves grandes podría haber sido estudiada" pero "ello no se hizo durante el mes de abril de 1982".

A todo evento, la escasa cantidad de imágenes útiles finalmente entregadas por el satélite en su paso cada 18 días por el área, descartan que el mismo pudiera haber influido siquiera mínimamente en las operaciones militares.

Hay que agregar que Argentina tampoco había sacado provecho de las pasadas anteriores de los satélites LANDSAT (para realizar un plano satelital de las islas, que permitiera establecer playas, vegetación, etc), tal es así que recién "en trabajos posteriores al conflicto se construyó un mosaico satelitario de Malvinas".

Pese a todos estos elementos para descartar una mayor utilidad de LANDSAT, a una científica argentina (la Dra. Cora Sneibrun) "se le ocurrió que con los 80 metros de rango de definición que nos habían dejado en el satélite los norteamericanos se podía buscar algo en la zona del conflicto: podía existir la posibilidad que detectáramos a los barcos ingleses. La idea era que si mandábamos una onda de rayos infrarrojos al satélite y rastreábamos la zona alrededor de las islas podíamos localizar la estela de las naves, porque las turbinas calientan el agua. De acuerdo con el calor que detectáramos podríamos inferir a qué distancia del lugar estaba el buque que había pasado por allí, porque relacionándolo con el grado de temperatura que observáramos, sabríamos cuanto tiempo hacía que había pasado por el lugar. Era como mirar por el ojo de la cerradura un cuadro de dimensiones fantásticas. Pero esa genialidad dio resultado…"

Así también, Estados Unidos también permitió a Argentina seguir contando con información proveniente de sus satélites TRANSIT, de medición de coordenadas por efecto doppler, (aún cuando se bloqueó el sistema para el extremo sur argentino) y los meteorológicos GOES y NOAA, que se seguían recibiendo, aún cuando con alguna demora.

Con las imágenes suministradas, entonces, puede decirse que Estados Unidos apoyó a la Argentina en el conflicto Malvinas 1982. Algo que no hicieron con ganas.



Fuente: infobae.com

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