miércoles, 30 de septiembre de 2020

Los nuevos microlanzadores orbitales alemanes que despegarán desde el norte de Europa
Por Daniel Marín



Aunque no es muy famoso, en Noruega se encuentra un centro espacial destinado al lanzamiento de cohetes suborbitales. Se trata del Centro Espacial de (ASC), situado en la isla de Andøya a casi 70º de latitud norte, por encima del círculo polar ártico. Andøya compite con el Centro Espacial de Esrange (SSC), situado cerca de la ciudad sueca de Kiruna, y, en menor medida, con el Svalbard Rocket Range, también en Noruega, por ser el polígono de lanzamiento boreal de referencia en Europa. Pero Esrange y Andøya quieren ir más allá y llevan años intentando convertirse en centros de lanzamientos orbitales. El problema es que, obviamente, hace falta un cohete adecuado para alcanzar la órbita y, hasta el momento, no había ningún candidato serio para despegar desde estos centros espaciales. Pero eso ha cambiado gracias a una nueva hornada de lanzadores alemanes. Precisamente, la joven empresa de microlanzadores RFA (Rocket Factory Augsburg) acaba de firmar un acuerdo para lanzar su microlanzador orbital RFA ONE desde Andøya.


Lanzador alemán RFA ONE despegando desde Andøya (RFA).


El Centro Espacial de Andøya se inauguró en 1962 con el lanzamiento del cohete suborbital Ferdinand I —en realidad, un cohete de dos etapas Nike-Cajun estadounidense adaptado a las necesidades noruegas— y desde entonces se han lanzado innumerables vectores con el objetivo principal de estudiar las auroras y, por tanto, la interacción de la magnetosfera, la atmósfera y el viento solar (uno de estos lanzamientos protagonizó en 1985 el famoso incidente que estuvo a punto de terminar en una guerra nuclear al interpretar los radares rusos que se trataba de un ataque con misiles balísticos). La base de lanzamiento del RFA ONE no se construirá en el actual centro de lanzamiento suborbital, demasiado cerca de la población de Andenes, sino a unos 35 kilómetros al sur, en la costa oeste de la isla (un lugar especialmente desolado, doy fe). El primer lanzamiento de RFA ONE se prevé que tenga lugar en 2022.


El Centro Espacial de Andøya con un cohete Nike-Cajun en la entrada (Eureka).


Vista del Centro Espacial de Esrange (https://www.sscspace.com/).


He tenido la suerte de visitar el Centro Espacial de Andøya y su espectacular paisaje en un par de ocasiones —sí, se pueden ver muy bien las auroras si está despejado—, pero en invierno hay que decir que las condiciones climáticas no son precisamente bucólicas. Sea como sea, el anuncio de la empresa alemana RFA es llamativo porque hasta hace cosa de un año no había ningún proyecto serio de microlanzador alemán marcha, pero las cosas han cambiado radicalmente en este tiempo y ahora son tres los microlanzadores de ese país en desarrollo. El DLR, la agencia espacial alemana, anunció el pasado julio su intención de financiar tres empresas de microlanzadores con medio millón de euros cada una. Las empresas eran RFA, HyImpulse Technologies e Isar Aerospace, que deberán competir a partir de 2021 para hacerse con parte de los 25 millones de euros que el DLR quiere invertir para desarrollar un microlanzador comercial privado. Siguiendo las normas de la competición, las empresas deben efectuar dos lanzamientos de demostración entre 2022 y 2023, de ahí que RFA quiera lanzar su cohete desde Andøya en 2022. Para ello el DLR designará un ganador en 2021 y otro en 2022, que, si tienen éxito, recibirán once millones de euros cada uno. Evidentemente, si RFA no se encuentra entre los ganadores lo tendrá muy difícil para lanzar su cohete desde Andøya en 2022.


Desde esta zona se lanzará el RFA ONE en Andøya (Eureka).


En cualquier caso, RFA cuenta con el apoyo del gigante aeroespacial OHB y ha firmado un acuerdo con la empresa Exolaunch de Berlín para gestionar lanzamientos de satélites de pequeño tamaño, así que lo tiene todo a favor para seguir adelante, incluso sin el apoyo económico del DLR. RFA está desarrollando un microlanzador que debe emplear un «combustible verde» (¿gas natural?). La empresa planea llevar a cabo dentro de poco las pruebas de ignición de sus motores en Esrange. Este microlanzador será capaz de colocar 300 kg en órbita baja (LEO) y 200 kg en una órbita heliosíncrona (SSO). Tomando como base este microlanzador, la compañía desarrollará el RFA ONE con capacidad para colocar 1500 kg en órbita baja, que es una cantidad enorme para un proyecto de este tipo. Dispondrá de nueve motores en la primera etapa y uno en la segunda.


Lanzador SL1 de HyImpulse (HyImpulse).


La otra empresa en liza es HyImpulse, que está desarrollando el microlanzador SL1 (Small Launcher One) de propulsión híbrida —mezcla de propulsión de combustible sólido y líquido— capaz de situar 500 kg en LEO. Su microlanzador de tres etapas tendrá 22 metros de longitud y 36 toneladas al lanzamiento. Recientemente, la empresa realizó la primera prueba del motor HyPLOx75, de 75 kilonewton de empuje, en las instalaciones del DLR en Lampoldshausen. El SL1 usará ocho de estos motores en la primera etapa y cuatro en la segunda. HyImpulse quiere lanzar el SL1 en 2022 desde el Esrange de Kiruna y espera que el coste de cada misión no supere los diez millones de euros.


Prueba del motor híbrido HyPLOx75 de HyImpulse (HyImpulse).


Por su parte, Isar Aerospace está desarrollando el lanzador Spectrum, a base de propano y oxígeno líquido, que será capaz de situar una tonelada en LEO (700 kg en SSO). Spectrum tendrá una longitud de 27 metros y un diámetro de 2 metros. La primera etapa usará nueve motores y la segunda uno. Su objetivo es que el kilogramo de carga útil en órbita salga por 10 000 euros (12 millones de euros por lanzamiento). Isar Aerospace también efectuará las pruebas de sus motores en Esrange, pero todavía no ha decidido dónde se llevarán a cabo los lanzamientos orbitales y está estudiando varias opciones que van desde Europa hasta Australia, pasando por América. El primer lanzamiento orbital del Spectrum está previsto para 2021 o 2022.


El lanzador Spectrum de Isar Aerospace (Isar Aerospace).


Como vemos, Andøya y Esrange quieren convertirse en los primeros centros de lanzamiento espacial de Europa occidental —sin contar a la Guayana Francesa, claro—, pero veremos si no se les adelanta el Sutherland Spaceport de Escocia o alguno de los otros proyectos de centros espaciales que han surgido como setas en los últimos años (islas Shetland, Azores o Cornualles, entre otros). En cuanto a Alemania, su apuesta por disponer de un sistema propio de microlanzadores parece sólida y, de hecho, no descarta usar una plataforma en el mar del Norte para lanzar sus pequeños cohetes a medio plazo para no depender de otros países. A estos lanzadores alemanes hay que añadir el pequeño cohete Zéphyr de la empresa francesa VOS (Venture Orbital Systems), con capacidad para colocar apenas 70 kg en LEO, el Skyrora-XL de la compañía británica Skyrora, que podrá situar 315 kg en LEO y el Prime de la también británica Orbex, que podrá situar 150 kg en SSO. Por último, pero no menos importante, no podemos olvidarnos de nuestro microlanzador orbital europeo favorito: el Miura 5 de los chicos de PLD Space.


Otra vista de la entrada al Andøya Space Center sin nieve (Eureka).




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