viernes, 25 de diciembre de 2020

Ravn X y Talon-A, dos nuevos sistemas de lanzamiento aéreo
Por Daniel Marín



Si hay algún tema recurrente en el sector aeroespacial es el de los sistemas de lanzamiento aéreo. La idea es extraordinariamente vieja, pero por el momento solamente un puñado de proyectos han logrado salir adelante: el lanzador Pegasus de Northrop Grumman y el Launcher One de Virgin Orbit. Pero eso no es ningún impedimento para que cada poco tiempo salgan nuevos proyectos de lanzadores que utilizan un avión como primera etapa. Los últimos son Talon-A y Ravn X, dos proyectos muy espectaculares que presentan muy serias dudas sobre su viabilidad. Ravn X —se pronuncia raven x en inglés, como «cuervo x»— de Aevum, una empresa aeroespacial estadounidense fundada hace cuatro años de la mano de su particular CEO, Jay Skylus. La novedad de Ravn X es que la primera etapa es un avión no tripulado, o sea, un dron. El avión tiene una masa de 25 toneladas y, a pesar de su estilizada y aerodinámica forma propia de un avión de combate, es subsónico. El microlanzador en sí es un pequeño cohete de combustible líquido de kerolox dos etapas capaz de colocar unos 100 kg en órbita. Según Aevum, en año y medio estarán listos para su primera misión.


Jay Skylus junto con una maqueta del sistema Ravn X. Lo que se dice molar, mola un rato. Otra cosa es que vuele (Aevum).


En realidad, el proyecto no es nuevo. Ravn X se hizo famoso en septiembre de 2019 cuando ganó el contrato de la fuerza aérea estadounidense (USAF) para lanzar la misión ASLON-45 (Agile Small Launch Operational Normalizer), un contrato inicialmente asignado a la malograda empresa Vector. Aevum es una de las ocho empresas elegidas por la nueva Space Force para lanzar satélites, aunque no todas ganarán contratos en firme. Esta primera misión de Ravn X permitirá que la empresa ingrese más de un millón de dólares si tiene éxito. Jay Skylus ha declarado que espera poder lanzar el Ravn X hasta diez veces al año con un precio de cinco o siete millones de dólares por misión. Los primeros vuelos despegarán desde el Cecil Airport de Jacksonville, Florida.


Sistema de lanzamiento Ravn X (Aevum).


No obstante, lo cierto es que hay muy pocos detalles técnicos disponibles sobre el proyecto, así que evaluar adecuadamente este sistema de lanzamiento resulta difícil. ¿Hasta qué punto el sistema presentado hace un día es un modelo o un ejemplar de vuelo? Todo apunta a que el dron es básicamente una maqueta, lo cual no ayuda a inspirar confianza precisamente. Por otro lado, originalmente el dron iba a alcanzar una velocidad de Mach 3 y el microlanzador presentado hace unos años empleaba un sistema aerospike en las dos etapas. Pero el nuevo dron es, al menos por el momento, subsónico y el microlanzador usa dos motores convencionales de 22 kilonewton de empuje en la primera etapa y un motor en la segunda. Aunque sin duda ahora el proyecto es más realista, son muchos cambios radicales de diseño en muy poco tiempo, algo que tampoco sirve para aumentar nuestra confianza en el concepto.


Ravn X en la presentación de hace un año (Aevum).


Vista de la maqueta Ravn X (Aevum).


El avión tiene una longitud de 24 metros, una envergadura de 18 metros y 5,5 metros de altura. Ravn X debe liberar el microlanzador 80 minutos tras el despegue y la ignición se producirá menos de un segundo tras la separación para minimizar las pérdidas de energía, una maniobra imposible de llevar a cabo con una aeronave tripulada por motivos de seguridad. En cuanto al lanzador, tampoco abundan los detalles. Skylus ha dicho que ya se han probado los motores, pero no hay mucha documentación al respecto. Cierto es que desarrollar un lanzador de pequeñas dimensiones capaz de colocar 100 kg en una órbita heliosíncrona de 500 kilómetros de altura es un desafío secundario frente a la construcción de un gran avión no tripulado, pero, una vez más, la falta de información no es un signo muy positivo.


Vehículo hipersónico Talon-A (Stratolaunch).


El primer vuelo de Stratolaunch el 14 de abril de 2019 (Stratolaunch).


El otro sistema de lanzamiento es un viejo amigo. Se trata de Stratolaunch, el proyecto fundado por el millonario Paul Allen en 2011. La empresa logró construir el mayor avión del mundo, que debía servir como primera etapa para lanzar cohetes. Pero el proyecto sufrió muchos problemas; entre ellos el más importante fue que no pudo lograr hacerse con un lanzador para el avión, un inconveniente que resulta molesto cuando el objetivo de tu empresa es alcanzar el espacio (los rumores decían que Allen estaba más interesado en construir el mayor avión del mundo, en plan Howard Hughes, que poner cosas en órbita). A la vista de estos contratiempos, Allen decidió crear una propia familia de lanzadores orbitales denominada MLV. En noviembre de 2018 la compañía llevó a cabo el primer encendido del nuevo motor PGA de hidrógeno y oxígeno líquidos que se usarían en los lanzadores MLV (el nombre del motor PGA se derivaba de las siglas del fundador de la empresa, Paul G. Allen).


Familia de lanzadores para Stratolaunch antes de la muerte de Allen (Stratolaunch).


Uno de los proyectos de avión hipersónico reutilizable de Stratolaunch de hace más de un año. Es evidente que Talon-A deriva de este proyecto (Stratolaunch).


Talon-A (Stratolaunch).


Lamentablemente, Allen falleció en octubre de 2018 y muchos nos temimos que Stratolaunch no duraría sin él, a pesar de que en abril de 2019 el avión de Stratolaunch realizó su primer vuelo (el avión se apodó Roc, pero ahora se le conoce simplemente como Stratolaunch Carrier). Efectivamente, en enero de 2019 la empresa renunció oficialmente al desarrollo de la familia MLV de lanzadores propios. La única esperanza que quedaba era emplear el pequeño Pegasus, un cohete muy pequeño para un avión tan grande, una idea que, previsiblemente, no ha llegado muy lejos. Sin embargo, contra todo pronóstico, la compañía sigue más o menos en pie. Eso sí, su meta ya no es el espacio, sino poner a prueba vehículos hipersónicos. Fruto de este nuevo objetivo es el proyecto Talon-A, un avión reutilizable de 2,7 toneladas y 8,5 metros de longitud capaz de alcanzar una velocidad de Mach 6. Al mismo tiempo, Stratolaunch está desarrollando los vehículos Talon-Z y Black Ice, este último un sistema de lanzamiento orbital reutilizable. Talon-A usará motores construidos por la empresa Ursa Major. El proyecto Talon-A fue anunciado en marzo de 2020 y en octubre de este mismo año hemos visto las primeras piezas del vehículo. El futuro de Talon-A y Stratolaunch tampoco es que parezca muy sólido, pero al menos parece que van en serio.


Prueba del Talon-A en el túnel de viento (Stratolaunch).


Primeras piezas del Talon-A (Stratolaunch).



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