domingo, 28 de marzo de 2021

BMW usará litio argentino para las baterías de sus autos eléctricos




BMW Group y la empresa minera Livent llegaron a un acuerdo para utilizar litio extraído en la Argentina para la fabricación de las baterías de los autos eléctricos de la automotriz alemana. El convenio fue anunciado por la Secretaría de Minería de Argentina.

La compañía estadounidense Livent tiene explotaciones de litio en Antofagasta de la Sierra, Catamarca. El establecimiento se encuentra en el llamado Salar del Hombre Muerto, que es considerada como una de las “fuentes de salmuera de litio más puras del mundo”. El salar está ubicado en la Cordillera de los Andes, a 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Livent Argentina fue seleccionada por BMW Group como segundo proveedor mundial de litio, después de Australia, debido a “estudios ambientales y sociales que indicaron que dicha empresa emite un 25% menos de gases de efecto invernadero que los métodos tradicionales de producción de litio, tiene un uso y manejo eficiente del agua y no realiza agregado de químicos nocivos en su producción”.

El acuerdo entre Livent y BMW Group fue celebrado por Alberto Santos Capra, director nacional de Producción Minera Sustentable, quien se reunió con directivos de las dos compañías. Paul Graves, presidente de la minera Livent destacó: “Esta asociación clave con BMW Group ayudará a asegurar el suministro de litio a largo plazo para su flota de vehículos eléctricos”.

BMW Group no es la única automotriz interesada en el litio argentino. Toyota Tsusho (una empresa de Toyota Motor Corporation) forma parte del consorcio Sales de Jujuy, que extrae litio en esa provincia. En noviembre del año pasado, la empresa japonesa anunció una inversión de 400 millones de dólares para aumentar la explotación del mineral en nuestro país.

El anuncio del acuerdo entre Livent y BMW Group fue informado por un cable de la Agencia Télam (leer abajo). También se reproduce una nota del diario El Cronista, donde se analizan los “mitos y leyendas” sobre la explotación del litio en Argentina (leer abajo).

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BMW iX y BMW i4. Los nuevos autos eléctricos de la marca alemana usarán baterías con litio extraído en Argentina.
 

Antofagasta de la Sierra, Catamarca. A 4.000 metros sobre el nivel del mar se encuentra el Salar del Hombre Muerto, una de las reservas de litio más puras del mundo.


Allí se radicó la explotación de litio de la minera Livent.


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Cable de la Agencia Télam
Destacan el apoyo técnico de la Secretaría de Minería al acuerdo de provisión de litio al Grupo BMW

El Director Nacional de Producción Minera Sustentable, Alberto Santos Capra se reunió con directivos del Grupo BMW para América Latina y el Caribe, para analizar el reciente acuerdo suscripto entre la empresa litifera Livent y el gigante automotriz alemán para la provisión de litio desde la Argentina.

El encuentro que se realizó de manera virtual estuvo encabezado por Capra y el Representante de Gobierno y Asuntos Exteriores del Grupo BMW para América Latina y el Caribe, Guillermo Areas y el Ministro de la Sección Económica y Comercial de la Embajada Argentina en Washington, José Rodríguez Brizuela, informó la Secretaría de Minería.

Livent fue seleccionada por BMW como segundo proveedor mundial de litio, además de Australia, debido a estudios ambientales y sociales que indicaron que dicha empresa emite un 25% menos de gases de efecto invernadero (GEI) que los métodos tradicionales de producción de litio, tiene un uso y manejo eficiente del agua y no realiza agregado de químicos nocivos en su producción.

En el encuentro se destacó el apoyo técnico brindado por la Secretaría de Minería y el Ministerio de Minería de la Provincia de Catamarca, lo que “resultó fundamental para el acuerdo celebrado entre el Grupo BMW y la empresa minera de litio Livent como uno de sus principales proveedores de Litio a nivel mundial”.

La empresa minera radicada en Catamarca había anunciado su acuerdo con BMW Group el mes pasado como uno de los principales proveedores de Litio a nivel global en un comunicado.

“Esta asociación clave con BMW Group ayudará a asegurar el suministro de litio a largo plazo para su flota de vehículos eléctricos”, dijo Paul Graves, presidente y director ejecutivo de la minera.

Para la suscripción de sus acuerdos, el Grupo BMW encargó a dos universidades estadounidenses el análisis científico sobre el consumo de aguas y el proceso de extracción de litio.

El objetivo del estudio de la Universidad de Alaska-Anchorage y de la Universidad de Massachusetts-Amherst es el de Investigar el impacto hidrológico de la extracción de litio, para lo cual la minera estará trabajando con ambas Universidades, en relación a la explotación en Argentina.

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¿Cuánto litio llevan las baterías de un auto eléctrico? Leer informe de Daniel Bosque, acá abajo.
 

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Nota del diario El Cronista
Baterías de litio, entre mitos y leyendas
Por Daniel Bosque


El litio del Noroeste Argentino, creciente y prometedor, otra vez es foco de debates. Esta vez a raíz de nuevas definiciones oficiales desde el Ministerio Productivo de la Nación sobre la posibilidad de fabricar “baterías de litio” en la Argentina. Un anuncio que ha renovado reflexiones en la industria minera sobre el mítico “oro blanco”, considerado estratégico en países vecinos y posible salvación nacional en otros y cuya súper abundancia planetaria determina su presente y futuro.

Argentina exportó en 2020 algo más de u$s 200 MM de carbonato de litio, unas 32.000 toneladas, desde el Salar del Hombre Muerto, de la estadounidense Livent, y de Olaroz, de la australiana Orocobre, en tanto tiene en diferente grado de avance otros 11 proyectos, el más avanzado en Cauchari-Olaroz, en Jujuy, de la chino-canadiense Exar.

Las ambiciones del gobierno argentino son que el país alcance una masa crítica exportable de 40.000 toneladas en el próximo año y que triplique este volumen al fin de esta década. Con lo cual, si se sostuviera el precio de hoy, estaría rondando los u$s 800 MM de ventas al exterior.

La máxima utopía argentina es superar las 300.000 toneladas, o u$s 3000 MM en divisas. Pero estas proyecciones – además del contexto argentino que preocupa a los inversores, como ocurrió con el freezado del proyecto de Centenario Ratones, de la francesa Eramet, a fines de 2019 – dependen de que el precio del litio no se siga desplomando en las pizarras del mundo.

El valor del carbonato decayó un 30% en 2020 y un 50% desde 2016, cuando la tonelada llegó a superar los u$s 16.000 (en el mercado spot llegó a pagarse a u$s 24.000 por la urgencia de traders chinos). Hoy sólo se transa en torno a los u$s 7000.

Aquel cenit de hace un lustro ocurrió antes de que Australia se lanzara con todo a la explotación de sus pegmatitas, o litio de roca, con lo que pasó de un cuarto lugar en el ranking global a compartir el liderazgo con Chile. Muy por encima en volúmenes y productividad que otros jugadores como Argentina y China, el principal consumidor.

El problema del litio no es otro que su sobre stock. Las mensuras actuales de los recursos garantizan un consumo planetario de 1500 años. Solamente los de Australia alcanzarían para un siglo.

El mercado mundial de commodities minerales muestra las diferencias siderales: el del oro sumó u$s 170.000 millones, el cobre u$s 130.000, el hierro u$s 120.000, el litio sólo u$s 7000. Una sola mina metalífera de la Argentina, Veladero de Barrick, o Cerro Negro de Newmont, exportó más que todo el complejo de litio del país.

El ministro productivo Matías Kulfas, en cuya cartera está la Secretaría de Minería de la Nación, ha vuelto a poner el acento en enriquecer a la cadena de valor del litio, en consonancia con una corriente del pensamiento pro industria nacional, que tiene su expresión en cámaras empresariales afines al gobierno nacional y en las provincias. Y que tiene su correlato en 170 investigadores y becarios del Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (Conicet) abocados a esta cruzada nacional a la que también, en distintas ocasiones, han adherido gobernadores y entidades empresariales.

En este contexto, como era previsible, han surgido también proyectos de ley desde el peronismo, como el del salteño Lucas Godoy, que proponen declarar mineral estratégico al litio y a fortalecer el rol del Estado a través de una empresa pública, de institutos científicos ad hoc y de una mayor regulación de los actores de este mercado y de su comercio exterior. A tono con su matriz de pensamiento, el legislador dice que Argentina es el país más atrasado en la región en la planificación de su litio.

Pero en la producción de baterías de litio, en rigor se trata de “baterías con litio”, ya que sólo tienen un 5 a 7% de carbonato o hidróxido del mineral blanco. Entre el grueso de sus nutrientes insumos están, entre otros, el níquel y el cobalto, caros y escasos en el mundo, junto al grafeno, un insumo hoy más abundante gracias a las nanotecnologías, con lo cual bajó su precio. Insumos no los tiene y para agregar valor a su abundante litio debería importar más del 90% de sus insumos restantes.

Eso no es todo, en al battery world es la tecnología lo más costoso, lo que permite quemar rápidamente etapas de desarrollo y consolidarse en los mercados. Una productora de baterías se parece más a un quirófano que a un espacio fabril. Y hoy no existe ningún complejo de este tipo en América Latina, ni siquiera en Chile, líder del litio mundial.

El país trasandino es el que siempre miran mineras, expertos y funcionarios argentinos. Produce tres veces lo de Argentina, más de 100.000 ton, y sus grandes jugadores, con SQM-Tianqi a la cabeza, aspiran a triplicar el volumen, con subproductos como el potasio, asociado al nitrato de los desiertos del Norte, pero hoy enfrentan objeciones ambientales por la escasez de agua. Allí sigue el debate sobre el rol estratégico del mineral y la alta imposición, de casi del 50% a las exportaciones de Atacama, soportadas por una productividad envidiable, además de la ventaja de que sus puertos miran a Asia, the big buyer.

En las antípodas del remanido Triángulo del Litio están Bolivia y Uyuni (con Yacimientos de Litio Boliviano, YLB, como único operador), un mar de litio con su gran cantidad de magnesio asociado, lo que lo encarece e históricamente relegó su desarrollo. Lo mismo que sus trifulcas políticas que llevaron en el último capítulo de Evo Morales a enfrentarse con las autoridades de Potosí. Uyuni tendría 19.000 de las 80.000 MM de toneladas de litio del planeta y ha montado una planta piloto precaria, todavía lejos de cualquier estándar aceptable. Su sueño no progresa, a pesar de los acuerdos sucesivos con Rusia, China, Corea o países de Europa.

Estos vaivenes transcurren mientras la región ve de reojo burbujas y auges bursátiles. La pandemia ha potenciado más el debate mundial sobre el cambio climático y la transición energética. Tesla, que este mes perdió en la bolsa más del 20% de su valor, después de haber crecido un 300% el año pasado, acaba de decir que buscará más I+D en el litio, menos eficiente y más voluminoso para las baterías, pero menos escaso y caro que el níquel y el cobalto. Y sobre todo, menos acaparado por China.

Leer esas crónicas revive el optimismo de ministros y gobernadores. Y puede hacer brincar a alguna lithium share. Otra cosa es que en la famosa “división internacional del trabajo” – de la que hablaban Smith, Ricardo y Stuart Mill, antes de las críticas de la CEPAL y de los dragones de Oriente, nuestros amos de hoy – haya un lugar reservado para pools latinoamericanos de baterías.

Lo mismo que no hubo un lugar en el mundo para refinadoras de oro, plata y cobre en la región, que acompañaran el fuerte desarrollo minero desde los 90 hasta hoy.

¿Hacia dónde debe ir el litio argentino? No son pocos en la minería argentina, donde en la última década hubo un boom inmobiliario de áreas y concesiones que no ha dejado libre los cateos más atractivos, en que había que poner el énfasis en mejores infraestructuras, desarrollos de proveedores y logísticas y más competitividad.

No hay que confundir electromovilidad con minería, advierten las mineras. El mercado del litio viene creciendo, a pesar de los avatares argentinos. Y en el litio, un segmento repleto de mitos y leyendas, cualquier salto en regulaciones y nuevos gravámenes so pretexto del impulso a sueños industriales que no tienen cabida en el mundo, podría ser fatal, advierten fuentes del sector que prefieren el anonimato, como es de rigor en la Argentina.

“Parafraseando a Atahualpa Yupanqui, el litio es de nosotros y las baterías son ajenas. No es mala idea seguir así”, dice el gerente de una minera, siempre en off.

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Infografía: El Cronista. 
 


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