Marcos Actis: “Tronador II permitirá probar nuestros desarrollos espaciales sin depender de nadie”
Tras el anuncio de que el lanzador será presentado en 2029, el presidente de VENG SA dialogó con la Agencia sobre los despegues que habrá en los próximos años y la creación del primer nanosatélite universitario.
por Luciana Mazzini Puga
Marcos Actis también es director del Centro Tecnológico Aeroespacial de la Universidad Nacional de La Plata. Créditos: Periferia. |
De manera reciente la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ informó que el lanzador de satélites Tronador II estará listo en 2029. Marcos Actis, presidente de la empresa espacial nacional VENG SA (principal contratista del proyecto) y decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la Plata, dialogó con este medio sobre los desarrollos espaciales ligados a este cohete nacional, el primer satélite universitario de tipo CubeSat a cargo de la UNLP y el futuro del sistema científico y tecnológico ante un posible cambio de gobierno.
-El 2029 suena un poco lejos, ¿qué es lo que falta?
-La realidad es que en 2029 estará listo el Tronador II-250 que será el lanzador final, pero en el camino se enviarán al espacio dos cohetes, TII-70 y TII-150, que son los que probarán la tecnología que se usará en el último. Suena lejos pero hay que tener en cuenta que es un proyecto a largo plazo y que en 2015 fue desfinanciado por lo que se está relanzando ahora.
-A la vez que ensayan tecnología, ¿podrán enviar satélites los cohetes de prueba TII-70 y TII-150?
-Sí. Prevemos lanzar el primero en 2026 y que haga un vuelo suborbital de 150 km de altura, mientras que el segundo llegará hasta los 400 km de altura. La idea es que ambos lanzadores (cohetes, como son popularmente conocidos) puedan llevar satélites de hasta 200 kilos. Las pruebas son el camino hasta llegar a Tronador II-250 que podrá llevar satélites grandes, medianos o varios pequeños satélites y llegará a volar a unos 600 km. de altura. El despegue de los dos primeros será en El Paraje La Capetina, en cambio el cohete final hará lo propio desde el Centro Espacial Manuel Belgrano situado en Bahía Blanca, que aún está en construcción. Es parecido al caso de SpaceX que empezó con el Falcon 1 hasta llegar al Falcon 9.
-¿Cómo se dimensiona la importancia que tendrá para Argentina tener su propio lanzador?
-Estamos en una época en que se envían al espacio muchísimos satélites pequeños para evaluar, por ejemplo, el agua o los suelos. Ahora bien, a veces se envía al espacio tecnología que todavía no fue validada porque se están haciendo las pruebas y, al no tener nuestro propio cohete, tenemos que recurrir a uno comercial. El tema es que cada vez son más caros los seguros porque aún lo que estás mandando no tiene validación.
-Es más costoso el proceso…
-Sí y además hay que esperar los tiempos de los demás. Uno contrata el lanzamiento y capaz se tarda meses o años hasta que efectivamente se produce el despegue. Entonces, si tenemos nuestro propio cohete podremos poner a prueba todo lo que desarrollemos en Argentina sin depender de nadie. Es soberanía espacial.
Pequeños pero poderosos
–En la Universidad Nacional de La Plata se está desarrollando el primer satélite universitario en formato CubeSat.
–USAT I es el primero hecho dentro del fenómeno NewSpace y construido íntegramente en el ámbito universitario, desde los instrumentos y la navegación hasta la alimentación. Todo hecho en Argentina.
-¿Qué es el NewSpace?
-El acceso al Espacio ya no es como antes. Con las nuevas tecnologías, las empresas privadas y universidades envían todo el tiempo satélites pequeños al espacio. Esta nueva etapa se conoce como el NewSpace.
-¿Cuáles son las características de USAT I?
-Pesa cerca de 4 k y mide 10x10x34 cm. Su objetivo es demostrar el funcionamiento del sistema GNSS que son técnicas científicas que, si son validadas, permitirán la observación de la Tierra. Ya está en fase de fabricación y esperamos lanzarlo antes de fin de año. Además, estamos trabajando en un segundo CubeSat que pueda llevar un experimento de computadora cuántica.
-Los desarrollos son muchos, ¿qué pasaría ante un eventual cambio de gobierno?
-Ya recortaron a partir de 2015, no creo que sea distinto. En Argentina sigue faltando que los proyectos espaciales y de todo el sistema científico sean políticas de Estado y que sean respetados por cualquier gobierno que gane las elecciones. En otros países, jamás se toca el sistema de CyT, al contrario, en tiempos de crisis es donde más se invierte. Acá cada vez que interviene el FMI lo primero que se recorta es este sector. No apostaría a un gobierno que vuelva a las políticas neoliberales.
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