martes, 25 de marzo de 2025

La próxima prueba del planeador hipersónico VMaX se realizará con un cohete sonda francés... y no estadounidense

La próxima prueba del planeador hipersónico VMaX se realizará con un cohete sonda francés... y no estadounidense
Por Laurent Lagneau


Foto: DGA


El esperado primer vuelo del planeador hipersónico francés VMaX [Véhicule Manœuvrant eXpérimental] tuvo lugar el 26 de junio de 2023 desde el Centro de Pruebas de las Landas de la Agencia Francesa de Armamento [DGA].

Como recordatorio, al carecer de cualquier medio de propulsión [aparte del proporcionado por un cohete sonda para el despegue], el V-MAX rebota en las capas de la atmósfera a una velocidad superior a Mach 5. Toda la dificultad radica en poder maniobrarlo durante su vuelo y encontrar materiales que sean lo suficientemente resistentes para soportar temperaturas muy altas.

A pesar de este avance tecnológico, que acaba de situar a Francia en el círculo muy cerrado de las potencias con tal capacidad, la comunicación del Ministerio de las Fuerzas Armadas fue muy sucinta, precisándose simplemente que el demostrador VMaX «contenía numerosas innovaciones tecnológicas a bordo» y que «su prueba de vuelo, en una trayectoria de largo alcance muy exigente, constituía un desafío técnico sin precedentes».

Sin embargo, esta prueba fue posible gracias al apoyo de los Estados Unidos, más precisamente del Centro de Guerra de Superficie Naval, División Port Hueneme [NSWC PHD] de la Armada estadounidense. De hecho, si bien había podido desarrollar el cohete sonda «Véronique» [para «VERnon électrONIQUE»] y el lanzador ligero Diamant en los años 1960, Francia no tenía medios para lanzar el demostrador VMaX.

De ahí el uso de un cohete sondeo de dos etapas llamado Pathfinder y del tipo "Terrier-Oriole", implementado por el PHD del NSWC.




Desde entonces, la DGA ha mantenido discreción sobre la continuación del programa VMaX: «Por razones de confidencialidad y secreto de defensa, no puedo […] revelar los resultados de la prueba realizada. Está prevista una nueva prueba que prepara la hoja de ruta para el planeador hipersónico en el que seguimos trabajando», indicó Emmanuel Chiva, delegado general de Armamento, durante una audiencia parlamentaria en octubre de 2023.

Sin embargo, ArianeGroup, el gestor del proyecto para este programa, ha contado algo más sobre esta primera prueba.

Este vuelo inaugural de varios cientos de kilómetros nos permitió probar el vehículo y su maniobrabilidad en el contexto de reentrada atmosférica, seguido de maniobras en régimen hipersónico. […] Realizado en ambientes mecánicos y térmicos extremos, [también] permitió verificar el correcto desempeño de las estructuras y el correcto funcionamiento de los equipos y experimentos a bordo”, explica el fabricante.

Añadió: «El demostrador incluyó numerosas innovaciones tecnológicas, especialmente en las áreas de protección térmica y sensores inerciales».

En cualquier caso, la próxima prueba del VMAX está prevista para 2024 y no debería tardar en llegar. Según ArianeGroup, que "diseña y realiza este vehículo, cuya forma innovadora y termomecánicamente resistente es posible gracias a avances tecnológicos", permitirá dar "un paso más hacia la operatividad".

De hecho, el vuelo del demostrador VMAX-2 será una oportunidad para "demostrar la capacidad de diseñar, producir y pilotar en vuelo a velocidades hipersónicas un vehículo de forma compleja equipado con un nuevo sistema de pilotaje", explica ArianeGroup.

En resumen, este segundo demostrador estará tecnológicamente muy cerca de un planeador hipersónico operativo. "Incluye experimentos ambiciosos, esenciales para probar subsistemas críticos en condiciones representativas", al tiempo que pretende anticipar "la evolución de las tecnologías de interceptación enemiga", subraya el fabricante.

Mejor aún, durante una audiencia en el Senado [la transcripción fue publicada esta semana], el director ejecutivo de ArianeGroup, Martin Sion, reveló que este planeador hipersónico sería lanzado por un cohete sonda francés.

«Hemos realizado un trabajo excepcional en estrecha colaboración con la DGA para desarrollar el planeador hipersónico V-MAX, que realizó su primer vuelo en junio de 2023. El desarrollo, en tan solo tres años, se basó en métodos operativos altamente innovadores, ya que se trataba de actuar con rapidez, asumir más riesgos y romper con la lógica habitual», comenzó recordando el Sr. Sion.

“Nuestra hoja de ruta hipersónica continúa, con demostradores cada vez más avanzados. "También utilizaremos un cohete sonda francés que estamos desarrollando este año; hasta ahora, las pruebas se han realizado con un cohete sonda estadounidense", indicó sin dar más detalles.

Dicho esto, varias empresas francesas del sector "Nuevo Espacio" también están desarrollando cohetes de sondeo. Es el caso, por ejemplo, de Sirius Space [con “Sirius 1”] y Opus Aerospace [que prevé lanzar su MESANGE desde Kourou en 2025].

Además del programa VMaX, ArianeGroup está preparando la próxima versión del misil balístico estratégico mar-tierra M51 [M51.4] y prevé firmar el contrato para iniciar su desarrollo en 2025. Además, el Sr. Sion también citó, sin entrar en detalles, el trabajo realizado con Thales en el marco del programa de Ataque Terrestre de Largo Alcance [FLPT] y mencionó una propuesta presentada a la DGA sobre un misil balístico táctico con alcance operativo para uso convencional.



Fuente: opex360.com

viernes, 21 de marzo de 2025

China practica maniobras de combate aéreo en el espacio, según la Fuerza Espacial
La brecha de capacidad entre EE. UU. y sus competidores se ha reducido significativamente.
Por Audrey Decker


El cohete portador Larga Marcha-8 Y6, con un grupo de 18 satélites en órbita baja terrestre, despega desde la plataforma de lanzamiento de naves espaciales comerciales de Hainan el 12 de marzo de 2025 en Wenchang, China. Luo Yunfei / China News Service / VCG vía Getty Images

Satélites chinos han realizado maniobras coordinadas con sincronía y control, según reveló el martes un alto funcionario de la Fuerza Espacial, quien denominó estas maniobras como "combate aéreo en el espacio".

El servicio está "empezando a ver a nuestros casi homólogos centrarse en practicar maniobras de combate aéreo en el espacio con operaciones satélite contra satélite", declaró el general Michael Guetlein, vicejefe de Operaciones Espaciales, durante la conferencia anual de programas de defensa McAleese.

"Con nuestros activos comerciales, hemos observado cinco objetos diferentes en el espacio maniobrando entre sí, alejándose y rodeándose en sincronía y bajo control. Eso es lo que llamamos combate aéreo en el espacio. Están practicando tácticas, técnicas y procedimientos para realizar operaciones espaciales en órbita de un satélite a otro", afirmó. Tras los comentarios de Guetlein, la Fuerza Espacial confirmó que se refería a una serie de maniobras satelitales chinas en 2024 en órbita terrestre baja, en las que participarían tres satélites experimentales Shiyan-24C y dos objetos espaciales experimentales chinos, el Shijian-6 05A/B.

Si bien el término "combate aéreo" se refiere tradicionalmente al combate aire-aire entre aviones de combate, la forma en que este concepto se manifiesta en el espacio —donde la dinámica difiere significativamente— está menos definida. Al no haber fricción ni atmósfera, los objetos dependen en gran medida de sus propulsores para maniobrar.

Guetlein también describió otras amenazas adversarias en órbita, como las "muñecas rusas" que podrían lanzar armas antisatélite, satélites que "siguen" a los satélites estadounidenses y satélites equipados con brazos de agarre que pueden remolcar otro satélite o retenerlo como rehén. También destacó el desarrollo por parte de Rusia de un arma nuclear diseñada para el espacio. 

“Desafortunadamente, nuestros adversarios actuales están dispuestos a ir en contra de las normas internacionales de comportamiento, a ir en contra de ese pacto de caballeros, y están dispuestos a hacerlo de maneras muy inseguras y poco profesionales”, declaró Guetlein.

La brecha de capacidad entre EE. UU. y sus competidores también se ha “reducido significativamente”, añadió, instando a EE. UU. a replantear su enfoque espacial antes de que sus adversarios tomen la delantera.

Los comentarios de Guetlein surgen tras los enérgicos llamados de los líderes de la Fuerza Espacial para obtener más recursos para establecer la “superioridad espacial” y usar la fuerza militar, incluyendo armas ofensivas, para controlar el dominio espacial.

Para lograr la nueva misión de “superioridad espacial” del servicio, Guetlein afirmó que el servicio necesita cambiar su cultura y entrenamiento, y adquirir nuevo equipo. “Solo seremos tan buenos como la cantidad de recursos que estemos dispuestos a destinar a la superioridad espacial”, concluyó.



lunes, 17 de marzo de 2025

SATELLITE 2025 – VENG presenta su constelación FOCUS



En el marco de la Feria Internacional Satellite, que tiene lugar en Washington D. C., VENG presentó FOCUS, una innovadora constelación SAR desarrollada en colaboración con la empresa XSAM y la UNSAM. Este avanzado sistema de satélites SAR de banda X está diseñado específicamente para análisis interferométrico de alta precisión. Según VENG, FOCUS representa un nuevo estándar en el monitoreo de infraestructura al ofrecer un sistema satelital escalable, con precisión milimétrica y capacidades analíticas impulsadas por inteligencia artificial. Este enfoque busca facilitar una toma de decisiones proactiva, ofreciendo soluciones de vanguardia a costos altamente competitivos.

El sistema se denomina FOCUS, tal como expuso VENG en su página web, para reflejar su filosofía de concentrar todos los recursos disponibles en ofrecer una solución eficaz y específica. Esta estrategia permite a la constelación reducir costes y operar a valores de mercado disruptivos, garantizando un seguimiento preciso y accesible de las infraestructuras críticas en todo el mundo

Por un lado, respecto al tamaño de la constelación, este se ajustará de acuerdo con la demanda global de imágenes. Según la empresa, esto permitirá un escalado eficiente y la optimización de recursos para satisfacer las necesidades del mercado.



Por otro lado, FOCUS funciona con un modelo de suscripción, lo que garantiza costos predecibles, escalabilidad y control. Dicho enfoque permite a los usuarios acceder a datos críticos con barreras de entrada mínimas y total transparencia.

¿Para qué sirve FOCUS?

El sistema de VENG está diseñado para el monitoreo SAR de alta resolución de infraestructuras críticas, permitiendo la detección temprana incluso de los cambios más pequeños. Su implementación reduce las pérdidas económicas, humanas, ambientales y del patrimonio cultural. Además, proporciona datos precisos para la evaluación de seguros y la mitigación de riesgos.

Con un peso de 150 kg, cada satélite trabaja en banda X de 9,65 GHz. Se ubicarán en una altitud en la órbita de 526 km. Cada unidad tendrá una resolución de rango inclindado de 0,5 – 1 m, una resolución de acimut inclinado de <1m y una resolución de rango terrestre de 0,8 – 1,3m.



miércoles, 5 de marzo de 2025

El ingreso de Argentina en los Acuerdos Artemisa y la reformulación de la política espacial
Por Andrés Pienizzio – Abogado UNR



La firma de los acuerdos

A fines de julio de 2023, en el marco de una visita del Administrador de la NASA, el exsenador Bill Nelson, el expresidente Alberto Fernández oficializó la adhesión de nuestro país a los Acuerdos Artemisa de cooperación espacial internacional.

Este pacto de derecho internacional respalda el Programa Artemisa, impulsado por la NASA. Su objetivo es retomar la exploración lunar y establecer una presencia sostenida en la Luna como base para futuras misiones tripuladas a Marte. Se busca de este modo sentar un conjunto de principios comunes que rijan la exploración civil y el uso del espacio ultraterrestre. A la fecha, ya son 53 los países firmantes.

Hasta aquí, parecería que Argentina está dando otro paso en el mundo de la exploración espacial. Sin embargo, los Acuerdos Artemisa no han estado exentos de polémica. Esto se debe a que sus postulados contradicen algunos principios del denominado Corpus Iuris Spatialis. Este está compuesto por el Tratado del Espacio de 1967, el Acuerdo de Salvamento de 1968, el Convenio sobre Responsabilidad de 1972, el Convenio de Registro de 1975 y el Tratado de la Luna de 1979.

Aún no es claro el impacto que la adhesión está teniendo en la política espacial nacional. En particular, habrá que observar cómo afectará los proyectos de cooperación con países no miembros. Debe tenerse en cuenta que, a la fecha, todavía no se ha aprobado una nueva versión del Plan Espacial Nacional. Su última actualización abarcaba hasta el año 2015.

A todo esto se suma la incertidumbre sobre el futuro de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE). Creada en 2021, nunca terminó de despegar y, ante los cambios geopolíticos de los últimos años, parece acercarse cada dia mas al destino de la fallida UNASUR.

Antecedentes en la cooperación bilateral con los EEUU

En el pasado, existieron proyectos de cooperación en el ámbito espacial entre Argentina y los Estados Unidos. Sin dudas, el proyecto más emblemático es el de la serie de satélites de aplicaciones científicas: SAC-A (1998), SAC-B (1996), SAC-C (2000) y SAC-D/Aquarius (2011). Estos proyectos fueron llevados a cabo de manera conjunta por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la NASA.

Por lo tanto, nuestro país no es ajeno a la participación en proyectos conjuntos con el país del norte. No obstante, la firma de los Acuerdos Artemisa excede lo que se podría considerar un mero acuerdo de colaboración entre las dos naciones. Como veremos, estamos ante un instrumento internacional que pretende constituir nuevas políticas y normas de gobernanza espacial internacional.



Las polémicas vinculadas a los Acuerdos Artemisa

Como se adelantó, existen contradicciones entre los principios de los acuerdos y el denominado Corpus Iuris Spatialis. Uno de los más importantes es el relacionado con la utilización de los recursos naturales que se encuentran en el espacio exterior.

Al respecto, la sección 10.2 de los acuerdos estipula que la extracción de recursos espaciales en la superficie de la Luna, Marte, cometas o asteroides, no constituye intrínsecamente apropiación nacional. Esto parece contradecir lo que el Tratado del Espacio Ultraterrestre de 1967 establece en su artículo II. En él se prohíbe expresamente la apropiación por parte de los estados del espacio, la Luna y otros cuerpos celestes.

En otras palabras, si se extrae una parte de un astro, no se puede constituir un derecho de propiedad sobre esa parte extraída. La acepción algo más ambigua que hacen los acuerdos de este supuesto parecería no impedir esta posibilidad. De todas maneras, la cuestión no es clara y existen diversas interpretaciones.

Los Acuerdos Artemisa estipulan que la utilización debe hacerse en apoyo de las actividades espaciales en esos cuerpos. Sin embargo, nada impide que, por ejemplo, se puedan extraer y comercializar esos recursos, ya sea en la Tierra o en otro lugar del espacio.

A esto se agrega el equívoco concepto de “zona de seguridad” que se establece en la sección 11.7 de los acuerdos. Esta se define como “el área en que las operaciones nominales de una actividad pertinente o un acontecimiento anómalo podrían razonablemente dar lugar a un obstáculo perjudicial“. Además, agrega que: “El Signatario que establezca, mantenga o ponga fin a una zona de seguridad debe hacerlo de manera que proteja al personal, los equipos y las operaciones, tanto públicas como privadas, de interferencias perjudiciales“.

A pesar de que el Tratado del Espacio, en su artículo XII, habla de estaciones e instalaciones situadas en la Luna u otros cuerpos celestes, y de cómo estas deben ser accesibles a todos los Estados parte, la mención de la palabra “seguridad” en los Acuerdos Artemisa conlleva consideraciones vinculadas con la militarización del espacio y el establecimiento de zonas exclusivas. Esto podría explicar en parte la no ratificación de los acuerdos por parte de Rusia o China.

Asimismo, es manifiesta la intencional omisión que se hace en los considerandos de los acuerdos del Tratado de la Luna de 1979. Este es mucho más estricto en relación con el uso de recursos espaciales y la apropiación de los cuerpos celestes. Este convenio establecía el principio de Patrimonio Común de la Humanidad, que implicaba que los astros y sus recursos naturales integran el acervo de la humanidad entendida como conjunto. También establecía que ningún Estado u organización gubernamental o no gubernamental puede apoderarse de estos o de sus componentes.

En relación con esto, se destaca que la postura norteamericana, desde hace años, es permitir a los privados la apropiación de los recursos naturales que extraigan de los cuerpos celestes. Esto surge de su normativa interna, como la U.S. Commercial Space Launch Competitiveness Act del 2015. También puede mencionarse la Executive Order on Encouraging International Support for the Recovery and Use of Space Resources del 2020.

La agenda espacial de la gestión Milei

El fin del orden bipolar en los años 90, la consolidación de una nueva carrera espacial marcada por actores privados —el denominado New Space— y la aparición de estados como China e India, que estaban rezagados en el pasado, impulsaron a Estados Unidos a buscar un nuevo marco jurídico internacional para la gobernanza espacial. Al considerar obsoletos los tratados de los años 60-70, y frustradas las discusiones en los foros internacionales, los intereses políticos y comerciales llevaron al despliegue de los Acuerdos Artemisa como un producto natural de esta dinámica.

En nuestro país, el desarrollo de iniciativas espaciales, consolidado con un enfoque en la cooperación y representado en el rol de la CONAE, siempre ha estado influido por las relaciones internacionales.

Actualmente la agencia espacial nacional depende técnicamente de la Jefatura de Gabinete y no de Cancillería. Sin embargo, en la visión del histórico director de la CONAE e impulsor de INVAP, el físico Conrado Varotto, esta funcionó durante años como una gran herramienta de la política exterior y debería volver a cumplir esa función.

Teniendo en cuenta lo acontecido, se puede prever que los desarrollos espaciales futuros estarán orientados hacia la agenda norteamericana. Aunque aún no se define claramente esta tendencia, debido a la falta de directrices claras por parte del Ejecutivo, ya existen indicios evidentes, como la llegada de Starlink (empresa de telecomunicaciones vinculada a SpaceX, de Elon Musk) a Argentina. Esta en algún punto competirá con los servicios brindados por la estatal Empresa Argentina de Soluciones Satelitales S.A., comúnmente conocida como ARSAT.

Conclusión

En conclusión, todavía no hay certezas sobre cómo la participación de nuestro país en los Acuerdos Artemisa repercutirá en la política espacial a futuro.

Será clave el eventual afianzamiento de la actual gestión en el tiempo, a fin de que el Ejecutivo pueda poner su mirada en el sistema científico-tecnológico espacial.



Ya orbita la Tierra el remolcador de satélites desarrollado por la startup argentina, Epic Aerospace
Fue lanzado el 27 de febrero, a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. La empresa creada por ingenieros de universidades argentinas colocó en el espacio el dispositivo que guía a los satélites a sus órbita geoestacionarias.


A SpaceX Falcon 9 rocket lifts off carrying NASA's SpaceX Crew-9, Nick Hague and Roscosmos cosmonaut Alexander Gorbunov, to the International Space Station from the Cape Canaveral Space Force Station in Cape Canaveral, Florida, U.S., September 28, 2024. REUTERS/Joe Skipper


Desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, despegó el 27 de febrero, en un cohete Falcon 9, de SpaceX, el remolcador orbital CHIMERA GEO 1, desarrollado por la empresa argentina Epic Aerospace, y ya se encuentra operativo en el espacio.

El lanzamiento del innovador dispositivo que funciona guiando a los satélites hacia sus órbitas geoestacionarias una vez que se encuentran en el espacio, fue diseñado por ingenieros argentinos de diferentes universidades nacionales y permite transportar satélites a las órbitas que les son asignadas internacionalmente.

Epic Aerospace tiene sede en Ezeiza pero también en Montevideo y en Estados Unidos y fue fundada por un equipo de ingenieros y programadores que trabajan en ensayos que se hacen en los propulsores de los remolcadores.

Aprovechando el lanzamiento del lander lunar Athena de la compañía Intuitive Machines, la empresa argentina envió al espacio la nave “de transferencia” para que se dirija a 35.000 km de altura, con el objetivo de cubrir una posición orbital.

Remolcador de satélites

El dispositivo desarrollado en Argentina es una nave remolcadora que guía satélites hasta su órbita geoestacionaria. Cabe mencionar que los países tienen lugares asignados internacionalmente para ubicar en el espacio los satélites que desarrollan o adquieren, sean de telecomunicaciones, observacionales o de circulación de datos.

El organismo internacional que asigna esas órbitas es la Unión Internacional de Comunicaciones de las Naciones Unidas, creado en 1965. Es una organización intergubernamental, que se encuentra a cargo de la reglamentación y desarrollo de las telecomunicaciones en todo el mundo, con sede central en Ginebra, Suiza, y se encarga del espectro de frecuencias radioeléctricas y de la órbita de los satélites geoestacional. Estas funciones permiten la facilitación, el desarrollo y acceso universal a las telecomunicaciones, así como su mejoramiento. La segunda función de este organismo es la adjudicación de las orbitas geoestacionarias que los Estados, utilizaran al tiempo del lanzamiento de los satélites al espacio superior. 


El motor a propulsión del remolcador se desarrolló en Rafaela, Santa Fe.

La misión argentina, en órbita

La misión incluyó el módulo lunar Nova-C Athena de Intuitive Machines y otras tres naves espaciales: las sondas Odin de AstroForge, Lunar Trailblazer de la NASA y el remolcador CHIMERA GEO 1 de Epic Aerospace. Este remolcador tiene como objetivo proporcionar transporte de última milla para satélites que carecen de sistemas de propulsión propios, permitiendo su posicionamiento preciso en órbita.

El sistema de propulsión del CHIMERA GEO 1 fue fabricado por el equipo de CENTEC Rafaela, utilizando manufactura aditiva para crear componentes altamente especializados. Esta colaboración permitió optimizar diseños y garantizar la precisión necesaria para aplicaciones espaciales extremas, subrayando la relevancia de la cooperación entre Epic Aerospace y CENTEC Rafaela en tecnología de propulsión y manufactura avanzada.

Características técnicas del remolcador

El CHIMERA GEO 1 mide 1,2 metros de largo, 88 cm de ancho y 60 cm de alto, con un peso de 145 kilogramos. Está equipado con un motor de combustible químico de bajo costo, con una fuerza de empuje de 90 kilogramos, diseñado para reposicionar satélites de hasta 200 kilogramos en sus órbitas óptimas. Este diseño permite montar satélites de distintos tamaños para ser remolcados, facilitando su despliegue en el espacio.

La exitosa colaboración entre Epic Aerospace y CENTEC Rafaela demuestra el potencial de la industria espacial argentina y su capacidad para integrarse en misiones internacionales. Este logro resalta la importancia de la innovación y la cooperación en el desarrollo de tecnologías espaciales avanzadas en el país.



Próximos pasos y objetivos futuros

Epic Aerospace planea construir una constelación de naves remolcadoras para crear la primera red de transporte en el espacio. Este ambicioso proyecto busca facilitar el acceso y la movilidad de satélites en distintas órbitas, revolucionando la exploración y explotación del espacio.

Un Uber de satélites

Pues bien, la empresa argentina se abocó a desarrollar los remolcadores que llevan los satélites a sus órbitas una vez que llegan al espacio. “Una especie de Uber de satélites“, le dijo un investigador especializado en el sector satelital, a Periferia.

La empresa está compuesta por ingenieros y técnicos, de diferentes universidades nacionales y centros de investigación, formados en agregado de valor científico-tecnológico.

Epic Aerospace es una joven startup de remolcadores espaciales creada por un joven ingeniero argentino, Ignacio Belieres Montero, de 27 años. El objetivo de la empresa es situar en su órbita exacta a pequeños satélites que no llevan motores ni combustible.