Jordania
Hacia una guerra más amplia
Al-Ahram Weekly
Traducción para Rebelión de Loles Oliván. |
El secretario de
Defensa estadounidense, Leon Panetta, ha confirmado la existencia de un
destacamento especial de Estados Unidos que ha sido enviado a Jordania
esta semana después de que The New York Times informara de ello.
En declaraciones a los medios de comunicación al término de una reunión
de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, de dos días de duración,
Panetta ha indicado que “tenemos un grupo de nuestras fuerzas
trabajando allí [en Jordania] para ayudar a construir un cuartel general
y para garantizar que hacemos de la relación entre Estados Unidos y
Jordania algo fuerte de manera que podamos hacer frente a todas las
posibles consecuencias de lo que está sucediendo en Siria”.
Panetta
también ha señalado que el destacamento tendría la tarea de garantizar
la seguridad de las armas químicas y biológicas de Siria. El presidente
estadounidense Barack Obama ya ha declarado con anterioridad que el uso
de tales armas representaría una “línea roja” que cambiaría la política
de Estados Unidos hacia la intervención militar directa en Siria. En
consecuencia, se está preparando respecto a Siria, al igual que en Iraq
hace una década, la supuesta amenaza de “armas de destrucción masiva”
como pretexto para una agresión militar estadounidense en la región.
El artículo de The New York Times
revelaba que “la idea de establecer una zona de amortiguación entre
Siria y Jordania, que estaría controlada por fuerzas jordanas en el lado
sirio de la frontera, ha sido abordada en relación con el
establecimiento del puesto de avanzada militar estadounidense localizado
cerca de la frontera con Siria”. La creación de esa zona sólo sería
posible en coordinación con una intervención estadounidense a gran
escala.
Según las informaciones, “el puesto de avanzada
cerca de Amán podría desempeñar un papel más amplio si la política de
Estados Unidos cambiase” y Washington decide lanzar este tipo de
intervención. El ejército jordano, por su parte, ha negado rotundamente
la presencia de Estados Unidos. La Agencia de Noticias estatal Petra
citaba a un portavoz de las fuerzas armadas del país que afirmaba que
“las noticias de que Estados Unidos esté ayudando a Jordania a gestionar
[el asunto de] los refugiados sirios o a hacer frente a los peligros
relacionados con las armas químicas no son ciertas. Las fuerzas jordanas
son capaces de hacer frente a todo tipo de amenazas”.
El
portavoz seguía diciendo que cualquier presencia militar extranjera es
“para llevar a cabo una maniobra militar anual y rutinaria” y que “no
tiene nada que ver con los problemas ni con los acontecimientos
regionales”.
Los orígenes del anterior despliegue estadounidense
secreto en Jordania se remontan a mayo pasado cuando el Pentágono envió
al país tropas estadounidenses, incluidas unidades de las Fuerzas
Especiales, para participar en maniobras militares conjuntas bajo el
nombre de Operación León Ansioso [Assad significa en árabe León].
Unos 100 efectivos militares se quedaron atrás y a ellos se unieron
después varias docenas más. El destacamento militar, según The New York Times, está bajo mando de un “alto responsable estadounidense”.
Su
cuartel se ubica en una base militar jordana construida en una cantera
abandonada al norte de la capital de Jordania, Amán. A sólo 35 millas
[poco más de 56 kilómetros] de la frontera con Siria, la base representa
el despliegue militar estadounidense más próximo a la guerra civil de
Siria en la que Washington respalda una serie de milicias islamistas y
sectarias como fuerzas delegadas en una campaña para derrocar al
presidente sirio Bashar Al-Asad y reemplazarlo por un régimen títere más
flexible.
El despliegue militar en Jordania va en
paralelo al establecimiento por parte de la CIA de una base similar de
mando y control próxima a la Base de la Fuerza Aérea estadounidense de
Incirlik, en Turquía, donde se coordina el suministro de armas a los
denominados rebeldes sirios con armas y municiones proporcionadas por
Turquía, Arabia Saudí, Qatar y otras monarquías suníes del Golfo. El
artículo de The New York Times sugería que la principal
preocupación del contingente militar de Estados Unidos en Jordania tenía
que ver con la afluencia de unos 180.000 refugiados en el país desde la
vecina Siria.
“Los miembros del destacamento militar
estadounidense pasan la mayor parte de su tiempo trabajando con el
ejército jordano en logística —discurriendo como distribuir toneladas de
alimentos, agua y letrinas en la frontera, por ejemplo, y entrenando al
ejército jordano para que sepan tratar a los refugiados”, según el
periódico. El artículo no ofrecía ninguna explicación sobre por qué los
militares de Estados Unidos resultan ser los más adecuados para prestar
socorro a los refugiados después de haber creado millones de ellos en el
curso de las guerras de Estados Unidos contra Iraq y Afganistán.
Mientras
tanto, el tratamiento de Jordania a los refugiados de Siria ha sido tan
brutal que ha provocado disturbios. Las protestas han sido reprimidas
por una policía fuertemente armada en el campamento de refugiados de
Zaatari, establecido en medio del desierto, por ejemplo. Los anónimos
“funcionarios estadounidenses familiarizados con la operación” que
hablaron con The New York Times están intentando así dar
cobertura humanitaria a la preparación de una nueva explosión de
militarismo estadounidense en la región.
Sin embargo, si
Washington y el Pentágono están preocupados por los refugiados que van a
parar a Jordania se debe a su posible uso como pretexto para la
intervención en Siria y por su potencial para intensificar la crisis
política de la monarquía jordana que dirige uno de los Estados-cliente
de Estados Unidos más flexibles de la región.
En un informe
publicado la semana pasada, el Servicio de Investigación del Congreso
(SIC), la sección de investigación no partidista del Congreso
estadounidense admitía que “el Rey Abdulá II [de Jordania] se enfrenta a
una oposición envalentonada que ha aumentado y se ha hecho más
abiertamente crítica en los últimos años de gobierno monárquico
continuado, especialmente cuando Jordania sigue sufriendo un alto
desempleo, un subempleo elevado y un déficit fiscal enorme”.
Las
protestas a pequeña escala en Jordania se han convertido en algo
habitual no sólo en la capital Amán sino en las áreas tribales rurales
del sur que anteriormente se consideraban una base de apoyo al gobierno.
Aunque la gravedad [de la situación] económica sigue siendo primordial,
la preocupación por el alto nivel de corrupción y las continuas
restricciones a las libertades políticas también han generado malestar”.
El viernes pasado hubo una manifestación de decenas de miles de
personas en Amán en la que los manifestantes que coreaban “el pueblo
quiere que el régimen se vaya” y marchaban detrás de pancartas que
decían: ¡Abajo con todos los gobiernos no elegidos” y “Preferimos morir
antes que vivir una vida de humillación”.
A medida que el
régimen jordano se enfrenta a una creciente oposición interna, Estados
Unidos ha ido aumentando la ayuda de la que aquel depende. Según el
informe del SIC, Washington está prestando a Jordania 360 millones de
dólares en fondos de apoyo económico y más de 300 millones en ayuda
militar durante el año fiscal en curso. Desde 1951, Estados Unidos ha
vertido unos 13,1 mil millones de dólares para apuntalar el gobierno de
la monarquía hachemí en el país.
Las recientes revelaciones sobre
la base militar secreta en Jordania son una indicación más del avanzado
estado de los preparativos de Estados Unidos para una nueva guerra y
más devastadora en Oriente Próximo.
El autor es miembro del Movimiento Socialista Mundial.
Fuente: Rebelion.org
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