miércoles, 2 de mayo de 2018

Mariano Hamilton: “Gran parte de la mala prensa de la masonería es culpa de la Iglesia”
“Todos creemos que sabemos un montón sobre la masonería. Y al mismo tiempo nadie conoce demasiado”, asegura el escritor y periodista Mariano Hamilton, quien en su libro “Masones argentinos. El poder en las sombras” desentraña la historia de la institución, sus manejos, cómo se organiza y por qué sus miembros […]
Por Analía Páez 



“Todos creemos que sabemos un montón sobre la masonería. Y al mismo tiempo nadie conoce demasiado”, asegura el escritor y periodista Mariano Hamilton, quien en su libro “Masones argentinos. El poder en las sombras” desentraña la historia de la institución, sus manejos, cómo se organiza y por qué sus miembros son catalogados como personajes “oscuros”.

De la masonería no hay registros escritos, su historia se construye a través de la oralidad. Hace unos años Hamilton comenzó a investigar sobre la masonería argentina y entrevistó a algunos miembros, visitó su sede y hurgó en el pasado de los grandes héroes nacionales que pertenecieron a la comunidad de masones.

“Sus principios son tan nobles como los que sueña cualquier humanista: ‘Libertad, igualdad y fraternidad’. Su estatuto reza: ‘La masonería es una institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresista’. Sus principios son: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y la solidaridad humana. Su base: la libertad civil y de conciencia. Su objeto: la investigación de la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes; el ejercicio de la caridad y la práctica de todas las virtudes”, describe Hamilton en su libro.

En sus páginas el periodista narra el origen de la masonería, los requisitos para pertenecer, y sus miembros ilustres de la historia nacional, como José de San Martín, Manuel Belgrano, Nicolás Avellaneda y José Roque Pérez.

- T: ¿Cuándo escuchaste por primera vez la palabra masón?

- Mariano Hamilton: Seguro fue cuando era niño, y siempre me intrigó esa cosa medio secreta: me imaginaba que se reunían en lugares oscuros, que usaban túnicas y máscaras. Pero mi primer acercamiento real fue cuando me hice amigo de un masón, y desde ahí él me empezó a contar con más detalles de qué venía el asunto.

- T: ¿Cómo fue el camino hasta la publicación de este libro?

- M.H.: Hará una década empecé a leer más sobre masonería y a darle forma en mi cabeza a la idea de hacer un libro, pero hace dos años pude entrevistar a diferentes masones que me dieron un acercamiento más certero sobre sus actividades, ideas, búsquedas.

- T: ¿Por qué creés que teniendo principios tan nobles la masonería es tildada como una “organización oscura”?

- M.H.: Gran parte de la mala prensa que tiene la masonería es responsabilidad de la Iglesia, ya que desde su origen mismo le declaró una guerra sin cuartel. La Iglesia llegó al punto de difundir bulas papales condenando a todo aquel que fuera masón.

- T: ¿Y qué otras razones tenía para no dejarla prosperar?

- M.H.: A la Iglesia le molestaba porque representaban todo lo contrario de lo que la Iglesia Católica proponía. Mientras desde la masonería se trabajaba hacia la búsqueda del conocimiento o se peleaba por la independencia de las colonias, la Iglesia cerraba sus bibliotecas bajo llave y se trataba de acomodar con los poderosos de turno para no perder sus privilegios.

- T: Grandes héroes de la patria fueron masones, sin embargo no lo sabemos. ¿Por qué?

- M.H.: La razón por la que importantes hombres de la Patria no fueran reconocidos como masones tuvo que ver con que la historia argentina, allá a principios del siglo pasado, fue escrita por historiadores liberales y católicos. Y siempre se trató de bañar a estas personas en bronce, como si no hubieran sido humanos, con aciertos y errores. Y la elección de los que nos contaron aquella historia fue decir que la masonería era una organización siniestra, por lo que no había forma de vincular a los próceres con ese tipo de prácticas.

- T: ¿La masonería local difiere mucho con la del resto del mundo?

- M.H: No, tiene la misma organización y los mismos ritos.

- T: ¿Recordás los sentimientos que te generó ingresar por primera vez a la sede de los masones?

- M.H.: Sí. Es inevitable no dejarse impregnar por el clima. El solo hecho de imaginar que tantísimos grandes hombres recorrieron esos pasillos o se sentaron en esos bancos genera un aura de misterio imposible de evitar.

- T: ¿Tuviste la fantasía de convertirte en masón?

- M.H.: No. Al menos por ahora. Me encantó indagar en ese mundo y conocerlo. Pero como en tantísimas otras cosas, alguna veces es mejor no acercarse demasiado.



Fuente:   diariovox.com.ar

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