sábado, 23 de marzo de 2024

Despidos, la política científica libertaria
Daniel Salamone, tomó su primera medida fuerte como presidente del CONICET y echa al 20% de trabajadores administrativos. Además, becarios sin ingresar a Carrera de Investigador y no apertura de concursos.


Daniel Salamone, presidente del CONICET.


El presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) tomó su primera medida contundente como titular del organismo. ¿Apertura de líneas de investigación en áreas claves que tengan impacto socio-productivo? ¿Mejoramiento de las condiciones de investigación en los más de 300 institutos del organismo?, No. Despidos.

Daniel Salamone le envió una carta al gerente de Recursos Humanos del CONICET, Alberto Arleo, en la que traslada la nómina del personal “cuyos contratos no serán renovados”. Se estima, según lo solicitado días atrás a los Centros Científico-Tecnológicos del organismo, que esa dotación es aproximadamente un 20% de la planta del organismo.

Salamone se vio empujado a asumir por sí mismo los despidos en el máximo organismo de Ciencia y Tecnología, luego que los Centros Científico-Tecnológicos, los institutos del organismo y el propio Directorio se rehusaran a entregar la nómina de personal a despedir en el CONICET.

Primera medida fuerte

Presionado por el Poder Ejecutivo (Milei, Nicolás Posse, y desde el más silencioso anonimato Alejandro Cosentino y la ex funcionaria de Macri, refugiada en el CONICET durante el gobierno de Alberto Fernández, Paula Nahirñak), Salamone dejó en claro para qué se hizo cargo del organismo: ¿Diseñar políticas científicas? No, despedir arbitrariamente.

La primera acción del investigador, especializado en clonación animal, era que la decisión de esos despidos recayera en los directores de los 330 institutos del organismo, o en los Centros Científico-Tecnológicos que los agrupa a esos institutos, pero la rebelión interna a la medida libertaria lo dejó en evidencia.

La medida se complementa con la suspensión de nombramientos a concursantes, y el cierre de ingresos de becarios al organismo.




Salamone puso la firma

Con firma de Salamone, los despidos empezarán a instrumentarse desde el mes de abril. Posiblemente por la tensión y la exposición en la que lo deja la medida ordenada desde el Ejecutivo (hasta ahora Salamone sólo se había limitado a lavar la imagen anti científica del gobierno libertario y firmar acuerdos de cooperación), la carta esquiva su intención central con un error semántico artero que queda para el psicoanálisis: “cuyos contratos ´nos´ serán renovados”.

Tal vez, Salamone no pensaba que quedaría tan expuesta su prestigiosa carrera como investigador del organismo, tomando una medida de esta magnitud, o tal vez creería que se diluirían las decisiones en el anonimato de la cotidianidad de un organismo público.

Hoy Salamone, empezó a desmontar un organismo creado en décadas para trasladar la investigación científica al agregado de valor en el sector productivo y arrancó eliminando el andamiaje invisibilizado que dinamiza el trabajo de los laboratorios.

Milei avanza con el achicamiento

Desde abril, investigar en el CONICET será más difícil, ¿Qué sucederá cuando el déficit cero al que quiere llegar el presidente Milei, y su ministro, Luis Caputo, demande más despidos? ¿Salamone avanzará echando científicos de carrera?

Por ahora, tomó la decisión de dejar personas sin su trabajo, sin su fuente de ingreso. Pero, además, personas que tienen un rol silencioso y vital en el funcionamiento normal de un organismo que (en cualquier país que tenga como meta lograr el desarrollo) es clave.

El investigador elegido por Milei para el CONICET deja a la luz de puño y letra a qué vino al máximo organismo científico del país, una pieza clave en la geopolítica científica internacional: Despidos.



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